SeaQuest atrae críticas por maltrato de perezosos y otros animales exóticos
SeaQuest, una cadena de acuarios interactivos, enfrenta denuncias de crueldad animal y negligencia tras la muerte de varios perezosos y otros animales
Despertando a un perezoso de dos dedos en SeaQuest en Trumbull, Connecticut. Ya cerró por infracciones. (Kirsten Luce para The New York Times)
Por Melena Ryzik/The New York Times
Con un rostro que parece estar sonriendo, los perezosos, nativos de Centro y Sudamérica, frecuentemente han sido objeto de memes. Pero últimamente estos mamíferos de lento movimiento han proliferado en la vida real, muy lejos de sus hábitats arbóreos. Se les puede alimentar, abrazar y fotografiar en parques de animales, a menudo a pesar de que su procedencia no está clara y hay cumplimiento poco estricto de las reglas.
El número de expositores autorizados por el Departamento de Agricultura de EU casi se duplicó del 2019 al 2021, con más de mil perezosos inspeccionados anualmente en los últimos dos años.
Los encuentros suelen terminar en las redes sociales. Eso normaliza el abrazar a los animales, pero la investigación muestra que retratar interacciones puede engañar al público haciéndolo pensar que los animales podrían ser mascotas o cuestionar si realmente están en peligro de extinción.
Una empresa que ha atraído la atención de los defensores de los animales es SeaQuest, una cadena de acuarios interactivos. Tiene siete ubicaciones en Estados Unidos, la mayoría de las cuales exhiben perezosos. Y por una tarifa adicional, los visitantes pueden tocar ardillas voladoras, hacer esnorquel con mantarrayas o retozar con ualabíes.
En una entrevista en video, Vince Covino, que fundó SeaQuest en Boise, Idaho, en el 2015, dijo que los animales que exhibe disfrutan del contacto humano y que el modelo tradicional de “mirar, pero no tocar” estaba obsoleto.
Pero los perezosos “pueden romper huesos con sus dientes”, dijo Sam Trull, director del Instituto Sloth, un refugio en Costa Rica. “La única manera de tener siquiera una posibilidad de que no sean agresivos con las personas es arrebatárselos a sus madres a muy temprana edad”.
SeaQuest, una empresa con fines de lucro, no está acreditada por ninguna organización de zoológicos. Ha entrado en conflicto con el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, que rige sólo parte de su fauna. El verano pasado, un SeaQuest de cuatro años en Trumbull, Connecticut, cerró después de recibir varias notificaciones, incluyendo una después de que un petauro del azúcar mordió a un niño. Otro en Colorado cerró este año después de numerosas notificaciones estatales y federales. La empresa ha provocado protestas de ex empleados y grupos como PETA, que presentaron denuncias por lo que llamaron crueldad, negligencia y explotación.
De acuerdo con registros estatales, casi 100 animales, incluyendo dos perezosos, murieron en una ubicación en Woodbridge, Nueva Jersey, entre el 2019 y el 2023.
El mes pasado, el Departamento de Protección Ambiental de Nueva Jersey envió a la compañía un aviso de violaciones de 32 páginas, enumerando docenas de animales que estaban enfermos, heridos o maltratados. Las autoridades dijeron que debe cambiar inmediatamente sus prácticas o arriesgarse a la revocación de sus permisos.
Cuando se le pidió un comentario, una portavoz de SeaQuest señaló el sitio web de la compañía. En respuesta a una investigación anterior de ABC News, publicó: “Entre el 2021 y el 2022, SeaQuest Woodbridge adquirió cientos de animales rescatados, muchos de los cuales tenían muy mala salud”.
También han muerto dos perezosos en el SeaQuest de Las Vegas. Como todos los demás, se encuentra en un centro comercial bajo techo, donde escasean la luz natural, la humedad y la vegetación —el entorno en el que prosperan muchos animales.
Covino dijo que los animales todavía estaban más contentos allí que en la naturaleza porque la temperatura está controlada, se les alimenta con un horario y no tienen peligros ambientales. Covino no tiene formación formal en cría de animales, biología o zoología; era un corredor de valores que abandonó ese campo después de que le suspendieron la licencia. Su hermano, Ammon Covino, fue condenado en el 2013 por tráfico de animales.
Los especialistas en ética animal sostienen que no hay forma de que criaturas no domesticadas comuniquen su consentimiento para ser tocadas.
Sarah Bahr y Kirsten Luce contribuyeron con reportes.
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