“Químicos eternos” se han convertido en el principal problemas de contaminación

Por Hiroko Tabuchi/ The New York Times

El abogado defensor fue directo al dirigirse a los ejecutivos de la industria del plástico. Prepárense para una ola de demandas con costos potencialmente “astronómicos”.

Hablando en una conferencia celebrada en febrero, el abogado, Brian Gross, dijo que el litigio podría “eclipsar cualquier cosa relacionada con el asbesto”, una de las batallas por responsabilidad corporativa más extensas en la historia de Estados Unidos.

Gross se refería a las PFAS, los “químicos eternos” que se han convertido en uno de los principales problemas de contaminación de nuestra era. Empleados durante décadas en innumerables objetos —cosméticos, envases de comida para llevar, sartenes— los PFAS han sido relacionados con graves riesgos para la salud, incluyendo el cáncer. En abril, el Gobierno de Estados Unidos dijo que se deben eliminar varios tipos de PFAS del agua potable de cientos de millones de estadounidenses.

“Hagan lo que puedan, mientras puedan, antes de que los demanden”, dijo Gross en la conferencia, de acuerdo con una grabación del evento examinada por The New York Times.

La industria química y del plástico se está preparando para luchar contra los litigios relacionados con los PFAS —o sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas— cerca de 15 mil sustancias químicas sintéticas versátiles relacionadas con graves problemas de salud.

Se han detectado sustancias químicas PFAS en casi todo lo que los científicos han analizado: en el agua potable, en la lluvia que cae sobre los Grandes Lagos e incluso en la nieve de la Antártida. Los investigadores han relacionado la exposición a las PFAS con cánceres testiculares y de riñón, retrasos en el desarrollo de los niños, disminución de la fertilidad, daño hepático y enfermedades de la tiroides. Los químicos son tan duraderos que los científicos no han podido identificar de manera confiable cuánto tiempo podrían tardar en descomponerse.

Las demandas relacionadas con PFAS han sido dirigidas a fabricantes en Estados Unidos, incluyendo DuPont, su filial Chemours y 3M. El año pasado, 3M acordó pagar al menos 10 mil millones de dólares a empresas de agua de todo EU que habían pedido compensación por costos de limpieza. Treinta fiscales generales estatales también han demandado a los fabricantes de PFAS, acusándolos de gran contaminación. Los PFAS eran una maravilla industrial en la década de 1940 cuando los químicos de DuPont sintetizaron el material, un compuesto duradero resistente al agua, las manchas, el calor y la grasa. Se convirtió en un pilar de las sartenes antiadherentes de teflón de DuPont y del protector de tela Scotchgard de 3M. Siendo un poderoso extintor de incendios, ayudó a los bomberos a combatir las llamas. Hoy en día, los químicos se usan en artículos tan variados como bolsas de palomitas de maíz para microondas, champús e impermeables.

Pero las mismas cualidades que han hecho que los PFAS sean tan valiosos también han impedido que se descompongan de forma natural.

Aunque los fabricantes encontraron efectos adversos para la salud por la exposición a PFAS ya en 1961, no fue hasta principios de la década del 2000 que surgieron preguntas en público sobre su seguridad. En el 2005, el Gobierno de EU impuso una multa de 10 millones de dólares a DuPont por no revelar los efectos adversos.

“Prácticamente todos en Estados Unidos andamos con PFAS en el cuerpo”, dijo Erik Olson, director del Consejo de Defensa de Recursos Naturales.

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