Reducir el uso de papel higiénico, la clave para salvar los bosques
Ya se han creado alternativas amigables con el ambiente como productos hechos con bambú o materiales reciclables ¿Pero qué hacer con el papel higiénico?
(Naomi Anderson-Subryan)
Por Elizabeth Anne Brown/The New York Times
En la actualidad, el pasillo del papel higiénico está repleto de productos que afirman ser más sustentables, desde bambú y material reciclado hasta productos con etiquetas de “seguro para los bosques”.
Sin embargo, ¿acaso son realmente mejores para el medio ambiente? ¿Y se puede dejar de lado el papel por completo?
Si se encuentra en las Américas, el rollo de papel que tiene en el baño en este momento podría ser una mezcla de árboles del sureste de EU y del bosque boreal canadiense, o podría ser de eucalipto cultivado en Brasil.
Esas fuentes presentan varios problemas ambientales. Talar los bosques antiguos e intactos del planeta y reemplazar bosques nativos con grandes monocultivos es terrible para la biodiversidad.
También es malo para el clima porque los árboles grandes y maduros almacenan más carbono que calienta el planeta que los árboles jóvenes plantados en su lugar.
La mejor manera de reducir el impacto ambiental al usar el baño es reducir la cantidad de papel higiénico convencional que utiliza en casa. Si está buscando hacer eso sin cambiar su rutina, su mejor opción quizá sea el papel higiénico hecho con material reciclado.
El papel reciclado mantiene los árboles en tierra y requiere menos recursos para producirse.
Basado en datos anónimos de fábricas de papel por todo EU, la Environmental Paper Network, un grupo sin fines de lucro, estima que el papel elaborado con material 100 por ciento reciclado requiere aproximadamente la mitad de agua y un 37 por ciento menos energía total que el uso de fibra virgen de árboles recién cortados.
Y produce alrededor de un 70 por ciento menos de gases de efecto invernadero.
Ashley Jordan, una analista en el Natural Resources Defense Council, dijo que el papel reciclado ha avanzado mucho. Así que, si ya lo ha probado y lo ha decepcionado, quizás pueda darle una segunda oportunidad.
Sin embargo, el papel reciclado no es una solución para siempre, precisó Ronalds Gonzalez, catedrático en la Universidad Estatal de Carolina del Norte y codirector de su Iniciativa de Fibras Alternativas y Sustentables. Esto se debe a que la oferta de material reciclado ha disminuido a medida que ha bajado el uso de ciertos productos de papel.
Entre el 2014 y el 2022, la producción de papel para impresora y para escribir en EU se redujo casi 50 por ciento, arrojan datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.
El papel higiénico de bambú es una alternativa prometedora. Como es una hierba y no un árbol, el bambú crece más rápido y ocupa menos tierra. Y convertir las fibras de bambú en papel también requiere menos agua que la madera virgen (aunque más que el papel reciclado), señaló Jordan.
Gran parte del papel higiénico de bambú que se comercializa proviene de China. Un análisis no publicado del grupo de Gonzalez sugiere que la huella de carbono de este producto puede ser mayor que la del papel higiénico de origen arbóreo procedente de América del Norte debido a los combustibles fósiles que se utilizan para producirlo y transportarlo.
Los asientos de inodoro con bidé utilizan un chorro de agua en lugar de varias pasadas de papel. Después, se seca con una cantidad moderada de papel higiénico o una toallita de tela. Pero, ¿qué pasa con el consumo de agua del bidé?
Los bidés siguen siendo una opción ganadora porque el proceso de fabricación del papel higiénico utiliza más agua de lo que la mayoría de la gente cree, indicó Jordan.
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