Regresan los cultivos tradicionales y confiables

La oficina de Fowler dijo que cada país establecería sus propias directrices sobre qué tipos de semillas se permitirían y cómo se adquirirían

Un nuevo programa de EU intenta promover el retorno a los cultivos tradicionales en África. Cosecha de yuca, en Oyo, Nigeria.

mié 7 de febrero de 2024 a las 18:26

Por Somini Sengupta /The New York Times

Cary Fowler ayudó una vez a construir una bóveda en el Ártico para salvar de la extinción a las semillas de los cultivos del mundo. Ahora, como enviado global del Departamento de Estado de Estados Unidos para la seguridad alimentaria, está tratando de sembrar una nueva semilla en la política exterior estadounidense.

En lugar de instar a los países en desarrollo a cultivar sólo grandes cantidades de granos básicos, como lo ha hecho la política estadounidense durante décadas en África, Fowler está promoviendo un retorno a los cultivos tradicionales, como frijol caupí, yuca y mijo. Él los llama “cultivos de oportunidad” porque son resistentes y están llenos de nutrientes.

El esfuerzo aún está en sus inicios, con un presupuesto relativamente diminuto de 100 millones de dólares. Pero a medida que los impactos climáticos y los crecientes costos están agravando la inseguridad alimentaria y elevando los riesgos de inestabilidad política, hay mucho en juego.

Los cultivos tradicionales resisten mejor el clima salvaje provocado por el cambio climático, afirma Fowler. La atención inicial se centra en media docena de cultivos en media docena de países de África.

“Estos cultivos tienen miles de años de cultivarse en África”, dijo Fowler, de 74 años. “Si tienen problemas de rendimiento u otras barreras a la comercialización, francamente y en general, es porque no hemos invertido en ellos”.

Aún no está claro quién produciría las semillas, si los agricultores tendrían que comprarlas, a qué medida necesitan las nuevas semillas fertilizantes y pesticidas químicos y si se incluirían semillas genéticamente modificadas. La oficina de Fowler dijo que cada país establecería sus propias directrices sobre qué tipos de semillas se permitirían y cómo se adquirirían.

Los alimentos tienen mucho tiempo de ser parte de la política exterior de EU. En las décadas de 1960 y 1970, la revolución verde liderada por Estados Unidos se centró en producir más alimentos —específicamente más maíz, trigo y arroz— usando fertilizantes, pesticidas y semillas híbridas.

Un puñado de países llegó a dominar la producción de cereales, mientras que un puñado de cereales —trigo, arroz y maíz— llegó a dominar la dieta mundial. Si bien se atribuye al esfuerzo el mérito de ofrecer más calorías, hizo poco para garantizar una dieta variada y nutritiva.

$!Cary Fowler lidera un esfuerzo para cambiar la política en materia de alimentos en África hacia cultivos tradicionales.

La diversidad de semillas tiene mucho tiempo de ser el grito de guerra de Fowler. Fue uno de los primeros proponentes de un banco internacional de semillas. Está alojado en un búnker subterráneo en Svalbard, Noruega, donde hace tanto frío que las semillas permanecerán congeladas incluso si se corta la electricidad. Se han llevado a la bóveda más de 1.2 millones de muestras de semillas.

Pero una cosa es encerrar semillas dentro de una montaña ártica y otra muy distinta dirigir la política agrícola.

Fowler comenzó reuniendo una lista de cultivos tradicionales que contienen la mayor cantidad de nutrientes y luego pidió a los investigadores que mapearan qué cultivos crecerían bien en los climas del futuro. Surgió una lista de unos 60 cultivos. Para ellos, el programa de Fowler pretende apoyar los esfuerzos de cultivo. Se ha contratado a un puñado de empresas privadas, incluyendo IBM para ayudar a mapear los suelos y Bayer para producir algunas de las semillas.

“Nos centramos en los cultivos tradicionales y endémicos, porque nunca antes habían recibido atención”, dijo Fowler. “Este programa no se trata de decirles a los agricultores cuándo cultivar o decirle a la gente qué comer. Se trata de presentar opciones”.

Su favorito de estos cultivos es la almorta. La vio por primera vez en una visita a Etiopía durante una sequía. El suelo estaba seco y resquebrajado. “Y aquí estaba esta hermosa plantita, floreciendo”, dijo.

La almorta figura entre las legumbres más tolerantes a la sequía y las inundaciones del mundo. Pero comer demasiado de ciertas variedades puede provocar daños neurológicos. Los cultivadores están intentando desarrollar variedades resistentes, pero no tóxicas.

© 2024 The New York Times Company

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