Ruanda fortalece lazos con Francia a pesar del legado del genocidio
En medio del resentimiento en África, Ruanda abraza a Francia, marcando un nuevo capítulo en sus relaciones bilaterales logrando acuerdos de cooperación
El idioma francés, antes rechazado, regresó a las aulas de Ruanda. Una escuela internacional en Kigali, la capital. (Guillem Sartorio para The New York Times)
Por Abdi Latif Dahir/The New York Times
KIGALI, Ruanda — Después de décadas de ejercer poder militar y económico en África, Francia está reduciendo su presencia al enfrentar resentimiento en muchos países. Sin embargo, hay una excepción: Ruanda.
Mientras otras naciones africanas buscan reducir la influencia de Francia, Ruanda la acoge, pese a décadas de frías relaciones con París por su papel en el genocidio de Ruanda de 1994.
La acción, defendida por Paul Kagame, el líder de Ruanda, ha dado a Francia un socio de seguridad muy necesario en África y le ha asegurado a Ruanda millones de dólares en fondos para el desarrollo y el comercio. El mejoramiento de las relaciones también es una rara buena noticia para el Presidente francés Emmanuel Macron, que ha enfrentado una ola de indignación en toda África.
“Tenemos un socio en Kagame”, dijo Hervé Berville, Ministro de Estado francés, en Kigali, la capital de Ruanda.
“Realmente es el inicio de un nuevo capítulo”, dijo.
Durante décadas, la hostilidad diplomática caracterizó las relaciones entre los dos países. Kagame acusó a Francia, y en particular al Gobierno de François Mitterrand, el entonces Presidente, de facultar a los funcionarios ruandeses que supervisaron el genocidio de 1994, en el que se estima fueron masacradas 800 mil personas.
La relación se desgastó tanto a principios de la década del 2000 que Ruanda abandonó el francés en las aulas, expulsó al Embajador galo y cerró la escuela internacional y el centro cultural francés.
Pero la situación comenzó a cambiar cuando Macron llegó al poder. En el 2021, un reporte que encargó concluyó que, si bien Francia no fue cómplice del genocidio, tenía una responsabilidad “seria y abrumadora” al respecto. Ruanda publicó un reporte semanas después y acusó a París de brindar “apoyo inquebrantable” al Gobierno que llevó a cabo el genocidio.
Macron visitó Ruanda poco después, iniciando una cascada de acontecimientos que llevó al acercamiento entre los países. Para mediados del 2021, Francia había nombrado un Embajador en Ruanda. La Agencia Francesa de Desarrollo inauguró una oficina en Kigali.
En mayo, líderes de más de 50 empresas galas asistieron al Foro de CEOs de África en Kigali, dijeron funcionarios.
Aún así, los dos países tienen discrepancias. Francia ha acusado a Ruanda de apoyar a los combatientes rebeldes en la República Democrática del Congo, algo que Kigali ha negado. Ruanda se siente ofendida por el hecho de que Francia no haya reconocido más responsabilidad por el genocidio.
Pero Ruanda y Francia han solidificado su cooperación en defensa, incluso cuando tropas francesas han sido expulsadas de países africanos como Mali.
Francia ha considerado a Ruanda como una alternativa al despliegue de tropas en África, dijo Federico Donelli, profesor de relaciones internacionales en la Universidad de Trieste.
Francia también ha elevado su financiamiento para el desarrollo a Ruanda. La agencia francesa de desarrollo ha gastado 500 millones de euros en la creación de empleos y la renovación de instalaciones de salud.
Para Berville, fortalecer las relaciones con Ruanda involucrará que Francia ajuste cuentas con el pasado, incluyendo procesar a sospechosos de genocidio que viven en Francia. Esa es la única manera de hacer que la mejora de las relaciones sea “irreversible”, afirmó. “Las palabras son buenas, pero las acciones son mejores”.
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