Serpientes de dados, una especie que finge su muerte para atacar
Algunos depredadores se sienten confundidos o asqueados por tal comportamiento y pueden aflojar su agarre, dando tiempo a la presa para escapar
Las serpientes de dados se encuentran desde Europa hasta China. La especie tiene una variedad de técnicas defensivas.
Por Asher Elbein/ The New York Times
La mayoría de las víboras huyen o pelean al ser atacadas. Luego están las serpientes de dados de Golem Grad, una isla en un lago en Macedonia del Norte. Agarradas por un depredador, se retuercen teatralmente, aventando un coctel oloroso de almizcle y heces. Al final se quedan flácidas, con la boca abierta y la lengua fuera. Para realmente vender el hacerse las muertas, algunas hasta sangran por la boca.
Las serpientes de dados son una especie no venenosa que se encuentra desde Europa occidental hasta China occidental. La especie en general posee una variedad de técnicas defensivas, que incluyen morder, hincharse y aplanar la cabeza para parecer una serpiente venenosa. Pero las serpientes de Golem Grad —cuyos principales depredadores son los pájaros— a menudo fingen estar muertas.
Vukasin Bjelica, estudiante de doctorado en la Universidad de Belgrado, en Serbia, y autor de un estudio publicado recientemente en la revista Biology Letters, encabezó un equipo que capturó y puso a prueba 263 serpientes, lanzándose tras ellas y agarrándolas más o menos a la mitad del cuerpo para provocar la gama más amplia de comportamientos defensivos. Con cuidado para no lastimar a las víboras, los investigadores las sujetaron, las apretaron suavemente y las estiraron. “Actuamos como un depredador que duda en comerse a la presa”, dijo Bjelica.
Poco menos de la mitad de las serpientes se cubrieron en heces y almizcle, y el 10 por ciento dejó que sangre brotara de sus bocas. Algunas serpientes estaban bastante tensas mientras fingían estar muertas, mientras que otras estaban muy flácidas. “Realmente se entregan al papel, dependiendo de cada una”, dijo Bjelica.
Algunos depredadores se sienten confundidos o asqueados por tal comportamiento y pueden aflojar su agarre, dando tiempo a la presa para escapar.
Fingir estar muerta puede ser un “escenario de alto riesgo y alta recompensa”, añadió Bjelica —arriesgado porque el actor debe permanecer inmóvil cerca de un animal que quiere comérselo. La estrategia pareció funcionar mejor con las serpientes adultas, que son algo menos vulnerables a los depredadores.
Las serpientes de dados juveniles —a menudo atrapadas por pájaros— tenían muchas menos probabilidades de correr riesgos y se hacían las muertas durante mucho menos tiempo. Y las serpientes que sangraban por la boca y se bañaban en almizcle y heces tendían a fingir estar muertas durante dos segundos menos que otras en promedio.
“Puede que dos segundos no sean mucho cuando estás leyendo el periódico, pero podrían ser suficientes para que una serpiente escape con éxito”, dijo Bjelica. La estrategia también parece funcionar mejor cuando hay muchos otros animales de presa cerca, lo que distrae a los depredadores y desvía su atención de la serpiente.
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