Surgen inventos positivos en la lucha contra cambio climático
En los últimos años las ciudades más pequeñas de China han comenzado a acaparar una mayor porción del mercado
Uruguay genera casi toda su electricidad de fuentes renovables. Energía eólica en un parque cerca de Montevideo.
Por Delger Erdenesanaa/ The New York Times
Los glaciares se están reduciendo, los arrecifes están en crisis y el año pasado fue el más caluroso jamás registrado. ¿Está algún lugar avanzando en materia de cambio climático? La respuesta corta: es complicado, pero sí.
En Sudamérica, un país ha cambiado en menos de una década a generar casi toda su electricidad a partir de una combinación diversa de energías renovables. En China, un auto eléctrico que cuesta sólo 5 mil dólares se convierte de repente en uno de los más vendidos. París se está transformando en una ciudad de bicicletas.
Medidas como éstas no son suficientes para evitar las consecuencias más graves del cambio climático —peores sequías, tormentas más intensas y sufrimiento humano. Aún así, muestran cómo algunos lugares están logrando cambios locales significativos muy rápidamente.
“No nos estamos moviendo tan rápido como necesitamos”, dijo Thomas Spencer, analista de la Agencia Internacional de Energía. “Pero definitivamente tenemos las herramientas para ir mucho más rápido”.
Algunos programas apenas están iniciando, pero a nivel mundial hay lugares donde las soluciones climáticas se han convertido en parte omnipresente de la vida cotidiana.
Uruguay, una nación de 3.4 millones de habitantes ubicada entre Argentina y Brasil, genera casi toda su electricidad a partir de fuentes renovables. En el 2008, el Gobierno se fijó el objetivo de transformar la red eléctrica, que había llegado a depender del petróleo importado.
El País tenía mucha energía hidroeléctrica, pero años de sequía en las décadas de 1990 y 2000 redujeron drásticamente la producción de las presas. Uruguay se vio obligado a importar petróleo, a precios volátiles, y enfrentó desabastos y apagones. Los funcionarios notaron la creciente competitividad en costos de las energías renovables, particularmente la eólica, y se propusieron construir una industria eólica local casi desde cero.
Para finales del 2022, el año más reciente del que se dispone de datos, Uruguay generó más del 90 por ciento de su energía a partir de energías renovables.
El transporte es la segunda mayor fuente de emisiones de gases de efecto invernadero. Las ventas de autos eléctricos han crecido exponencialmente durante la última década y China es, por mucho, el mercado más grande para estos vehículos. Se vendieron alrededor de 7.3 millones de vehículos eléctricos a batería en el mundo en el 2022, reporta la Agencia Internacional de Energía. Más de la mitad de ellos, unos 4.4 millones, se vendieron en China.
Históricamente, las megaciudades como Shanghai han impulsado esta tendencia. Pero en los últimos años las ciudades más pequeñas de China han comenzado a acaparar una mayor porción del mercado. En el 2022, las dos ciudades donde los vehículos eléctricos representaron el mayor porcentaje del total de matrículas de autos nuevos fueron Sanya, en la isla de Hainan, y Liuzhou, en el sur de China, con alrededor del 40 por ciento, muy por encima del promedio nacional del 19 por ciento, reporta el Consejo Internacional de Transporte Limpio.
El auto eléctrico más popular en China es actualmente el Hongguang Mini, un diminuto modelo de dos puertas que cuesta unos 5 mil dólares. Lo fabrica la empresa conjunta internacional SAIC-GM-Wuling, en las fábricas de Liuzhou.
Algunas ciudades están tratando no sólo de electrificar los autos, sino de reemplazar la mayor cantidad posible de ellos con formas de transporte más limpias, como las bicicletas. En París, el número de viajes en automóvil se redujo 60 por ciento entre el 2001 y el 2018. El porcentaje de viajes realizados en bicicleta dentro de París se duplicó con creces entre el 2020 y el 2024, del 5 al 11 por ciento, afirma el Instituto de la Región de París.
París tiene más de mil kilómetros de carriles para bicicletas y, en el 2021, los funcionarios de la Ciudad dijeron que ésta sería “100 por ciento amigable para los ciclistas” en cinco años.
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