Transición a motos y mototaxis reduce consumo de petróleo en Asia y África
Las grandes petroleras enfrentan a un desafío en Asia y África, donde los vehículos de dos y tres ruedas están adoptando silenciosamente la electrificación
El Presidente de Kenia ha fijado el objetivo de tener 200 mil motos eléctricas en el País para finales del 2024. Mazi Mobility tiene alrededor de 60 como taxis en Nairobi.
Por Somini Sengupta, Abdi Latif Dahir, Alex Travelli y Clifford Krauss | The New York Times
NAIROBI, Kenia — Las grandes petroleras enfrentan un enemigo minúsculo en Asia y África. Los ruidosos vehículos de dos y tres ruedas, que transportan a miles de millones de personas, calladamente se están volviendo eléctricos —reduciendo la demanda de petróleo en un millón de barriles al día.
En Kenia y Ruanda, docenas de startups están compitiendo para reemplazar los mototaxis que consumen mucha gasolina por otros que funcionan con baterías. En India, más de la mitad de todos los vehículos nuevos de tres ruedas vendidos y matriculados en el 2023 operaban con baterías. Indonesia y Tailandia también están fomentando la electrificación. El Gobierno de China comenzó a promover los vehículos eléctricos hace décadas en un intento por limpiar sus ciudades asfixiadas por el smog, lo que explica por qué tiene una gran mayoría de vehículos eléctricos de dos ruedas.
El cambio hacia la movilidad eléctrica en general ha reducido la demanda mundial de petróleo en 1.8 millones de barriles diarios, reporta BloombergNEF, una rama de investigación de la empresa de medios y datos financieros Bloomberg. Los vehículos de dos y tres ruedas representan el 60 por ciento de esa reducción.
El gran cambio hacia a los vehículos eléctricos diminutos es subestimado en Estados Unidos y Europa, donde la atención se ha centrado en los autos. Sin embargo, la mayoría mundial no anda sobre cuatro ruedas. En Nairobi y Hanoi, las motocicletas sirven como taxis. En Mumbai, las motonetas pueden transportar a una familia de cuatro integrantes. En China, millones de personas viajan en bicicletas eléctricas.
“Las bicicletas eléctricas son más silenciosas, mucho más eficientes y buenas para el medio ambiente”, dijo Jesse Forrester, fundador de Mazi Mobility, que tiene 60 mototaxis eléctricos, conocidos como boda-bodas, en Nairobi. La empresa de Forrester figura entre varias que compiten por establecer un ecosistema de vehículos eléctricos de dos ruedas.
En otros lugares, los fabricantes establecidos de motocicletas están lanzando modelos operados por baterías, incluyendo una motoneta eléctrica por menos de mil 800 dólares de Hero MotoCorp, con sede en India. Honda dijo recientemente que estaba invirtiendo 3.4 mil millones de dólares con el objetivo de vender 4 millones de motocicletas eléctricas al año para el 2030. El mayor obstáculo para los vehículos eléctricos pequeños es la política gubernamental. Países como México que subsidian el petróleo tienen pocos vehículos eléctricos de dos y tres ruedas.
En una gasolinera en una carretera cerca de Nairobi, un equipo de ARC Ride, una startup de boda-bodas eléctricos, estaba instalando un gabinete que se abre con una app de teléfono. Introduzca una batería de litio vacía, extraiga una completamente cargada y estará listo para recorrer al menos 90 kilómetros —casi suficiente para un día completo de trabajo para los choferes de mototaxis. ARC ha instalado 72 estaciones de intercambio en Nairobi y tiene planes de instalar 25 más.
“Estamos interesados en una solución que permita el transporte eléctrico masivo”, dijo Felix Saro-Wiwa, director de crecimiento sostenible de ARC Ride.
Hay alrededor de mil 500 boda-bodas eléctricos en Kenia, una fracción minúscula de los 1.3 millones estimados en el País. Los vehículos operados por baterías son más baratos de operar, aunque su compra es alrededor de 5 por ciento más costosa. El Presidente William Ruto ha fijado el objetivo de 200 mil motocicletas eléctricas en Kenia antes del 2025.
Shankar Rai, de 45 años y padre de tres hijos, conduce un rickshaw eléctrico de tres ruedas nueve horas al día, seis días a la semana en Darbhanga, una ciudad india más bien pobre cerca de Nepal. Gana mil rupias (12 dólares) al día, casi la mitad de lo cual va a parar a un amigo que es dueño del rickshaw y lo carga en la noche.
Él es parte de una iniciativa de 1.2 mil millones de dólares del Gobierno indio para asegurar que el 30 por ciento de los vehículos en circulación funcionen con baterías para el 2030. En Darbhanga, un rickshaw nuevo con batería de ácido, como el que conduce Rai, cuesta alrededor de 175 mil rupias, o 2 mil 100 dólares. Eso es la mitad del precio de uno propulsado por gas natural. Cargar la batería cuesta 20 rupias (25 centavos), una cuarta parte del precio de llenar un tanque de gasolina.
De los aproximadamente 55 vehículos que la sala de exhibición de motocicletas de Karla Ramírez vende en promedio cada mes en la Ciudad de México, uno es eléctrico. No ayuda que el modelo eléctrico más barato sea más caro que las motos convencionales. Sólo mil de los 1.25 millones de motocicletas vendidas el año pasado operaban con baterías, reporta la Asociación Mexicana de Fabricantes e Importadores de Motos. El Gobierno mexicano ofrece pocos incentivos para VEs.
“Nuestro Presidente ama demasiado al petróleo”, refunfuñó Ramírez.
© 2024 The New York Times Company
Hari Kumar contribuyó con reportes a este artículo.