Por Ana Swanson / The New York Times
Incluso antes de su regreso a la Casa Blanca, el Presidente electo Donald J. Trump está impulsando a los gobiernos a reconsiderar sus relaciones comerciales mientras se preparan para un periodo en el que los negocios con Estados Unidos podrían volverse mucho más volátiles.
Los funcionarios y analistas extranjeros dicen que las amenazas de Trump de imponer aranceles están incitando a algunos países a diversificar sus relaciones comerciales. Un acuerdo reciente entre la Unión Europea y Sudamérica muestra alianzas comerciales cambiantes. La Unión Europea concretó su mayor acuerdo comercial a la fecha con miembros del Mercosur, un bloque comercial sudamericano que incluye a Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay.
Si se ratifica, el acuerdo establecerá una de las zonas comerciales más grandes del mundo, reduciendo los aranceles sobre automóviles, maquinaria y productos farmacéuticos que se mueven entre los continentes. Esto podría poner a los exportadores estadounidenses en desventaja, ya que muchos de los países socios obtienen mejores condiciones comerciales entre sí que con EU.
Las relaciones comerciales han experimentado un cambio sísmico en los últimos ocho años a medida que EU se ha alejado de ser paladín de la globalización y los acuerdos de libre comercio. La primera Presidencia de Trump incluyó un giro brusco hacia el proteccionismo.
El escepticismo sobre los beneficios del comercio también está creciendo en otros países, particularmente respecto de China, que ha hecho cerrar a muchas empresas globales con sus productos baratos. Pero los países todavía han estado impulsando nuevos pactos comerciales.
Este mes, Gran Bretaña se convirtió en miembro de un pacto comercial del Pacífico que se originó con la Administración de Barack Obama, pero del que Trump se retiró durante su primer mandato. En los últimos meses, China ha cerrado un acuerdo de libre comercio con países del Sudeste Asiático y otro con Perú.
“Claramente, nuestros socios comerciales no se quedan quietos, al tiempo que Estados Unidos se está tomando un receso en materia de comercio”, dijo Wendy Cutler, ex negociadora comercial estadounidense.
Cutler dijo que muchos acuerdos estaban en proceso antes de la victoria de Trump, y que la pandemia y las tensiones geopolíticas también habían alentado a los países a diversificarse. Pero, añadió, “la elección de Trump ha dado un fuerte impulso para acelerar estos esfuerzos”.
Para su segundo mandato, Trump ha propuesto un arancel del 10 al 20 por ciento sobre la mayoría de los productos de todo el mundo, así como un arancel del 60 por ciento a los bienes de China. Pero en las últimas semanas ha lanzado nuevas amenazas: aranceles del 25 por ciento a Canadá y México, y un arancel adicional del 10 por ciento a China.
Trump se ha mostrado particularmente escéptico respecto al comercio de EU con Europa. En su primer mandato, criticó al bloque por su bajo gasto militar y sus barreras comerciales a los autos estadounidenses. La Administración Trump negoció algunos términos nuevos con la UE, pero fracasaron los esfuerzos por lograr un acuerdo más amplio.
Dan Mullaney, exfuncionario de comercio estadounidense, dijo que los funcionarios europeos no estaban renunciando a la posibilidad de negociar un acuerdo con la Administración Trump, pero sentían que “si sucede lo peor, necesitamos tener otros mercados ahí fuera”.
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