Los venados viven más cerca de los humanos
La investigación ha revelado una interconexión entre la salud de los venados y los nutrientes fluctuantes en la vegetación forestal...
Científicos etiquetan y colocan collares a venados como parte de un estudio en Pennsylvania sobre sus hábitos.
Por Ashley Stimpson / The New York Times
El 4 de junio del 2013, el Macho 8917 hizo algo extraño para un venado: dio una caminata larga y decidida.
Investigadores de la Universidad Estatal de Pensilvania capturaron y colocaron un collar GPS al macho adulto esa primavera en un bosque de Pensilvania. Si se le coloca un rastreador a la mayoría de los venados, uno encontrará que se quedan cerca de su área, y así lo hacía el Macho 8917. Pero ese día de junio, caminó 1.6 kilómetros directamente hasta la cima de una cresta, donde pasó la tarde antes de caminar directamente a su hogar.
Luego, en el 2015, el Macho 8917 murió —poco sorprendente en vista de que tenía unos 4 años. Lo que sorprendió a los investigadores fue el lugar donde murió: esa misma cresta que había visitado sólo una vez en los dos años que portaba el collar rastreador.
Los investigadores no tienen una explicación para la extraña visita del Macho 8917, pero es un ejemplo de los comportamientos inesperados que observan mientras prestan mucha atención a los mamíferos ungulados, que se encuentran con tanta frecuencia en el paisaje de América del Norte que la gente a menudo los da por hecho.
Venado cola blanca
Estos hallazgos se derivan del Estudio Venado-Bosque. Ahora en su décimo año, el estudio ha rastreado a más de mil 200 venados cola blanca en 260 kilómetros cuadrados de bosque. Su objetivo es ser el esfuerzo más amplio jamás realizado para comprender los animales grandes más generalizados en América del Norte, y el impacto que tienen en los bosques.
La investigación ha revelado una interconexión entre la salud de los venados y los nutrientes fluctuantes en la vegetación forestal.
Pero una década de espiar a los venados también ha redituado datos curiosos. Los científicos han compartido esta “investigación fortuita”, como la llaman, subiendo más de 700 publicaciones en el blog Estudio Venado-Bosque (Deer-Forest Study). Han detallado todo, desde cuánta baba producen los venados al día (7.5 litros) hasta qué sucede cuando un venado regresa al bosque después de una colisión con un automóvil (si tiene suerte, cojea, pero persevera). Algunas entradas, como la de la caminata de la muerte del Macho 8917, han atraído a muchos lectores.
A medida que su número aumenta, los venados viven más cerca de los humanos, lo que significa menos depredadores, pero también una mayor vigilancia. “Si siempre estás atento y alerta, tienes menos tiempo para comer”, dijo Duane Diefenbach, ecólogo de la Estatal de Pennsylvania y codirector del proyecto.
Los cazadores desempeñan un papel importante en el estudio. Su caza ayuda a los investigadores a ver cómo responde el paisaje. Cada año, se pide a los cazadores participantes que completen una encuesta que describe sus experiencias y observaciones. El equipo ha obtenido nuevos conocimientos sobre cómo los venados sobreviven (o no) la temporada de caza, incluyendo qué tan sintonizados están con la presión de la caza.
Un ejemplo es la Hembra 8921, también conocida como Hembra de la Colina. La tarde antes de la temporada de caza, mientras los humanos recorrían el bosque buscando dónde instalarse, la Hembra de la Colina buscaba su propio lugar. Se decidió por la colina más empinada de su territorio.
A las 4:00 horas del primer día de cacería, la Hembra de la Colina estaba acostada en su espacio seguro, como si alguien le hubiera “enviado un mensaje de texto diciendo que la temporada de venado estaba a punto de comenzar”, escribió Diefenbach más tarde en el blog.
En los siguientes días, la venada se resguardó allí una y otra vez, su comportamiento reflejando el horario de los cazadores que la buscaban. Mientras ellos permanecían quietos en sus persianas de caza, ella se quedaba quieta en su escondite. Una vez que el bosque se vaciaba, la Hembra de la Colina deambulaba por el bosque.
El equipo del Estudio Venado-Bosque planea continuar hasta el 2026, y Jeannine Fleegle, bióloga de la Comisión de Caza de Pennsylvania que trabaja en el blog, espera subir más publicaciones.
“¿De qué sirve el trabajo que hacemos si no podemos compartirlo de manera que la gente lo entienda?”, dijo. “¿Vegetación y química del suelo? No muy divertido. Así que nos subimos al lomo del venado”.
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