Venecia cobra la entrada a turistas tras altas cifras de visitantes
La UNESCO, la agencia cultural de la ONU, recomendó que se incluyera en la lista de sitios del Patrimonio Mundial en peligro, enumerando el turismo en masa como una preocupación importante
En la estación de tren Santa Lucía, en Venecia, un empleado revisa el registro de visita de un turista.
Por Elisabetta Povoledo/ The New York Times
VENECIA — Al llegar a la estación ferroviaria Santa Lucía en Venecia un jueves reciente por la mañana, un día festivo en Italia, a los pasajeros se les dijo que quizás tendrían que pagar una cuota de 5 euros para ingresar al centro histórico de la Ciudad. No pagar podría acarrear una multa de hasta 300 euros.
Fuera de la estación, asistentes con chalecos de seguridad detenían a los viajeros para asegurarse de que habían registrado su visita en un sitio web de la Ciudad. Los que no lo habían hecho fueron dirigidos a una caseta. Los visitantes que pernoctaban no tenían que pagar, pero a las personas que visitaban de día se les cobraba.
Era una novedad para Venecia, la primera ciudad del mundo en cobrar a los visitantes diurnos una cuota de entrada simbólica, que los funcionarios de la Ciudad esperan ayude a contrarrestar el exceso de turismo.
Lorraine Colcher, administradora de un hospital de Inglaterra, hacía fila para pagar. Se enteró de la cuota esa mañana gracias a su pareja. “Pensé que estaba bromeando”, dijo, y agregó que no cree que la gente deba pagar por el privilegio de ver una “hermosa ciudad”.
No muy lejos de la estación se encontraban cientos de manifestantes. Para ellos, cobrar una entrada acerca a Venecia a un parque de diversiones. Repartieron boletos falsos que decían: “Bienvenido a Venecialandia”.
“Una multa no resuelve el exceso de turismo”, dijo Renata Marzari, una maestra jubilada de Venecia y una de los manifestantes. Reconoció que una afluencia de turistas —que el año pasado alcanzó casi 20 millones— es un reto. Pero el boleto, que se aplica a los visitantes que llegan entre las 8:30 y las 16:00 horas, era “ridículo”, dijo.
Flotando sobre aguas surcadas de canales, Venecia es frágil. El año pasado, la UNESCO, la agencia cultural de la ONU, recomendó que se incluyera en la lista de sitios del Patrimonio Mundial en peligro, enumerando el turismo en masa como una preocupación importante. Venecia permaneció fuera de la lista después de que se aprobó la cuota, pero funcionarios de la UNESCO dijeron que es necesario un “mayor avance”.
La población residente en el centro de la Ciudad se ha reducido a menos de 49 mil personas, contra casi 175 mil en 1951, afirma la Ciudad. Los residentes culpan a la falta de viviendas costeables por las rentas a corto plazo; una disminución de servicios, como escuelas; y la invasión del turismo en la vida cotidiana.
“Así es como muere una Ciudad”, afirmó Nicola Camatti, experto en turismo en la Universidad Ca’ Foscari de Venecia. Un estudio del 2020 realizado por Ca’ Foscari sugirió que el número óptimo de visitantes a Venecia por día era de alrededor de 52 mil personas.
“Esta es una Ciudad abierta”, dijo Michele Zuin, concejal de la Ciudad. La Ciudad más bien esperaba que los visitantes diurnos llegaran en los días de menor actividad, cuando “está más tranquila”, dijo Zuin. La cuota se aplicará en los días pico del 2024 como “un experimento”, dijo, y agregó que el próximo año se agregarán más días y las cuotas podrían alcanzar hasta 10 euros.
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