Como lo es también de la estadística y de los estudios territoriales patrios, este ilustre hondureño, nacido el 18 de marzo de 1844 y fallecido el 18 de enero de 1914, fue presbítero inicialmente para luego ejercer la abogacía al dejar los hábitos.
El Congreso Nacional, en homenaje a su trayectoria y aportes, emitió el Decreto Legislativo No. 208-2013, el que en sus considerandos expresa: “...es considerado como la figura fundadora y más representativa de los estudios históricos de nuestra patria, cuyos trabajos de investigación constituyen el mayor aporte en la memoria colectiva y la identidad nacional y es, asimismo, una fuente documentada de defensa de los derechos territoriales de Honduras.
Que toda la obra historiográfica del presbítero y abogado don Antonio Ramón Vallejo Bustillo fue patrocinada por el Estado con el propósito de cultivar la enseñanza de la historia como un método y forma de estimular el conocimiento, memoria e identidad de nuestra patria, al grado de hacer obligatorios sus textos para la educación primaria y secundaria de nuestro país,
DECLARA el 2014 Año del Primer Centenario de la muerte del historiador hondureño Antonio Ramón Vallejo Bustillo. Instituir el día 17 de marzo de cada año, Día del Historiador Nacional, en memoria del nacimiento del más grande historiador hondureño...” (La Gaceta, 5 de noviembre de 2013, p. A3).
Vallejo fue un intelectual comprometido con su época y su tiempo: el de la Reforma Liberal iniciada en 1876 por Marco Aurelio Soto y Ramón Rosa, los hombres más conocidos de una “generación decisiva”, como la llamó Ramón Oquelí.
Una lista de la producción bibliográfica de Vallejo da idea de su capacidad de trabajo y de la diversidad de temáticas abordadas durante horas, días, semanas inmerso en archivos civiles y eclesiales: “Colección de las constituciones políticas que en la República de Honduras se han decretado en los cincuenta y seis años que lleva de independencia” (1878); “Apuntes de gramática latina” (1881); “Compendio de la historia social y política de Honduras” (1882); “Censo general de la República de Honduras levantado el 15 de junio de 1887” (1888); “Estadística de las escuelas según el Censo de 1887”; “Índice cronológico de los tratados, convenciones, capitulaciones, armisticios, dietas, protocolos de conferencias, contratos del ferrocarril interoceánico y otros actos diplomáticos de la República de Honduras, desde el año de 1763 hasta 1889” (1889); “El movimiento de población correspondiente al año de 1888” (1890); “División municipal y judicial de la República de Honduras en 1889”; “Necrología del presbítero don Miguel Ángel Bustillo” (1892); “Primer anuario estadístico de la República de Honduras” (1889); “Ligeras observaciones al curso elemental de Historia de la Lengua Española del Dr. e Ing. Santiago I. Barberena”; “Guía de agrimensores o sea recopilación de leyes agrarias”; “Índice alfabético y cronológico de los títulos, escrituras de amparo y demás documentos relativos a los terrenos de la República de Honduras” (1884); “Historia documentada de los límites entre la República de Honduras y los de Nicaragua, El Salvador y Guatemala. Tomo I” (1905).
Así se expresó de él Gustavo A. Castañeda: “Honduras solo puede recordar con gratitud y admiración al ilustre presbítero y Dr. Antonio Ramón Vallejo, quien consagró muchos años de intensa y bien orientada labor a la organización científica de la estadística y a sustituir las conjeturas e intuiciones de nuestros llamados políticos y hombres de Estado por verdades irrefutables basadas en la inflexibilidad de los números”.
En opinión de Mariano Saavedra, “bien puede decirse que... nadie hasta ahora ha igualado y mucho menos superado el enorme esfuerzo mental de aquel esforzado benedictino servidor de la patria.”
Dos compatriotas han escrito sendos libros de carácter biográfico en que analizan la vida y las circunstancias históricas e ideológicas en que se desenvolvió Vallejo: José Reina Valenzuela y Víctor Ramos.
Carmen Fiallos ha escrito ensayos sobre este personaje erudito de distinción.
Todos los que nos dedicamos a interpretar las coyunturas históricas, coloniales y republicanas, tenemos una deuda de gratitud con quien fue el primer director del Archivo Nacional, que a partir del 2009 ha sido bautizado con su nombre.
Es de esperar que instituciones tales como la Academia Hondureña de Geografía e Historia, la Carrera de Historia de la UNAH, el Instituto Hondureño de Antropología e Historia, el Museo del Hombre Hondureño, la Academia Hondureña de la Lengua, las Secretarías de Educación, Cultura y Relaciones Exteriores realicen homenajes, estudios, reimpresión de sus libros en honor de su brillante personalidad y trayectoria a lo largo del próximo año 2014.