El próximo domingo 9 de marzo es una fecha determinante para el futuro de nuestra nación.
Las elecciones internas son para escoger a los candidatos de tres partidos: Liberal, Nacional y Libre.
En los partidos Nacional y Libre se sabe de antemano quiénes ganarán, Nasry Asfura y Rixi Moncada, respectivamente, pues sus rivales no tienen opción ante la aplanadora de “papi” y el poder de “Mel” detrás de ella.
Entonces es en el Partido Liberal en donde se verán unas elecciones más cerradas, pero el voto duro se inclina más para el ingeniero Luis Zelaya por ser de reconocido abolengo liberal.
El deber y responsabilidad constitucional del Consejo Nacional Electoral (CNE) es depurar las participaciones a cargos de elección popular y asegurar un proceso transparente y limpio con el TREP y la huella dactilar como ejes fundamentales.
Por su parte, el CNE no debe permitir bajo ningún punto que se haga y divulgue de forma ilegal la llamada encuesta a boca de urna, que no es más que un instrumento con el cual dueños de medios o directores de programas se venden al mejor postor a fin de declarar a un candidato o candidata como el ganador cuando el único ente que está facultado legalmente es el CNE.
En las generales de 2021, el canal de mayor tradición como TVC mandó un comunicado diciendo que ellos no harían ni divulgarían ninguna encuesta y que esperarían a los datos oficiales del CNE.
Esa fue una verdadera y loable acción cívica digna de imitar por todos los medios de comunicación decentes que no se prestan para mentir, engañar o ser cómplices de fraude electoral que comienza con esa encuesta que se sabe es falsa. El proceso interno es demasiado caro como para que algunos oportunistas se encarguen de llegar a puestos de elección popular de forma fraudulenta.