Lo único seguro que tenemos en la vida es la muerte. Y durante nuestro paso por ella la vida puede ser de muchas maneras, la felicidad no se alcanza, llega y nos puede acompañar por todo el camino o muchas veces nos abandona, eso ya depende de nosotros, pero ¿para qué querer vivir si no somos felices?
En la vida efímera para muchos y para otros más duradera, es necesario que estén varios elementos presentes, es necesario conocer la pobreza para valorar la riqueza y conocer la empatía; la traición, la decepción, la ira para experimentar la profundidad del perdón, podemos vivir muchos años y nunca encontrarle sentido a nuestra vida, también se puede vivir muy poco y entender que cumplimos un propósito, ¿por qué nos tatuamos el dolor de un ser amado, si sabemos que todos un día vamos a partir? ¿Por qué ni el hombre más malo se quiere morir? ¿Por qué a veces mueren las personas buenas si sentimos que aún podían dar más? ¿Por qué, sin saber aprender a vivir, no queremos morir?
Algunos con el transcurso de los años quieren llegar a tener un gran ramo de rosas que va creciendo con el paso del tiempo, otros valoran tener el ramo, aunque no sea el más grande o siquiera el más hermoso; por otra parte, hay muchos que no aprecian el ramo y solo viven el hoy.
Para muchos la vida es un misterio, para otros es muy simple, para otros difícil, para otros es hermosa de cualquier forma, y como cada cabeza es un universo, no cabe duda que hay muchas maneras de ver la vida; hay una gran variedad de ejemplos para exponer lo difícil que es que alguien cercano pierda la vida, no podemos hablar de uno mismo porque el día que muramos ya todo habrá terminado, aquellos que dejamos serán los que nos soltarán o vivirán atados el resto de sus vidas, y con este no me refiero a olvidar. ¿Será que habrá un momento para resignarse y no seguir luchando? ¿Y si es así por qué muchos enfermos lo hacen? Algún día vamos a morir, quedará lo que dejemos a nuestro paso.
