Pensamos que el camino hacia lo que anhelamos es en línea recta, tanto así que muchas veces lo trazamos en nuestra mente y nos sale perfecto, pero la realidad es distinta, la vida nos pondrá a prueba para que le demostremos si en realidad deseamos tanto eso que le estamos pidiendo y más que ponernos a prueba, nos prepara para que lo recibamos sin perder la cabeza.
No cabe duda que muchas veces recibimos lo que deseamos en el momento que no es el adecuado, porque quizás hemos tenido que librar muchas batallas que cuando por fin llega aquello que tanto deseamos se nos olvida todo lo que hemos pasado y de donde venimos, o cuando sentimos que estamos a punto de lograr el objetivo, hacemos lo que sea con tal de alcanzarlo y no, ese no es el camino, en la vida hay que tener firmeza con nuestras actitudes que definen nuestro ser, si dejamos de ser nosotros mismos por acomodarnos a la situación, ese éxito tarde o temprano dejará un sabor agridulce en nuestro paladar, a los verdaderos líderes no se las gana con adulaciones o servilismo, eso es tomar el camino más corto, en la vida no se puede ir en contra de todos con tal de lograr nuestros objetivos, sino, por el contrario, primero debemos definir lo que somos y no dejarlo de ser solo porque tu filosofía no concuerda con aquellos que crees pueden darte lo que deseas, lo que quiero decir es que no tener integridad es venderse al mejor postor, es no tener credibilidad, es convertirse en alguien que no se puede confiar, la máscara de la astucia así como la de la mentira tarde o temprano se caen, ¿acaso alguien que conoce sus capacidades se puede volver un títere solo por conveniencia?
No podemos llegar a tener un éxito real si nos desviamos del sendero de hacer lo correcto y no solo lo que me conviene. Falta valentía para enfrentar los retos, para ser uno mismo, para alzar la voz contra lo que está mal, falta tener conocimiento con consciencia para entender que el camino más largo, siempre es el camino correcto.