Cada mañana cuando amanece veo el Sol como brilla sobre mi rostro y puedo ver cómo la claridad me indica si ese día estará bien o mal, pero solo deseo que este día sea el más feliz sin saber que tendré problemas o una necesidad que me agobie, no obstante, me doy cuenta que no existe una felicidad absoluta, sino solo la de Dios, y también comprendo que la felicidad debe de ir acompañada síempre de la tristeza porque es parte del ciclo del Ser humano.
La mayoría de los jóvenes están escuchando música coreana para poder calmar una necesidad que está dentro de su corazón y que ese es un abismo llamado “soledad”, dicho abismo síempre va acompañado de dolor, depresión, decepción, entre otras cosas, todo producto de una tarde de café, una pelea con la pareja, al terminar de cortar la llamada con una persona especial, quizás también por recordar algo que sucedió de vuelta a casa o por el camino rumbo a la pulpería.
La música coreana representa el 85 % de la que escucha la juventud actual, y muchos de nosotros como padres solo sabemos criticar pero no nos ponemos a analizar que las letras de esas canciones solo le enseñan a los jovenes a valorarse a sí mismos, a creer en sus sueños y pensar que sí pueden creer en sus propias metas, no obstante, yo siempre he dicho que el amor que puede llenar el vacío que hay en nuestra alma es el amor de ese hombre llamado Jesús que si está dispuesto en atenderme cuando otros me ignoran.
Por otro lado, seguimos escuchando las críticas y desprestigio de la sociedad hacia la mujer, dónde solo la denigran.
Hace poco conocí a una mujer muy especial, con muchas cualidades, destrezas, talento y sobre todo muy bella, ella mencionó en cierta ocasión que no creía en el amor y yo le pregunté: ¿por qué? Ella con una tristeza en su rostro me respondió: ¡La traición profe; eso cala y está dentro de mi corazón!
Luego de esto surgió la gran pregunta que todo caballero hace a una dama: ¿cree que exista el amor aún? Sin duda alguna la respuesta de esta mujer fue ¡las cruces con eso!
En ese instante solo pensé que ella necesitaba un poco más de atención para que pudiera ver que ella es la mujer que cualquier hombre puede desear pero que no todos pueden valorar.
Para no alargar mi artículo, les diré que después de estar días y noches hablando con ella por varias semanas, hoy por hoy veo el cambio en ella; ahora sonríe más, trabaja más en su belleza, se preocupa por celar a la persona que está aprendiendo a amar actualmente, pero, sobre todo, está aprendiendo a salir de ese abismo de la soledad, gracias a ella, hoy salen estás palabras que llevan como tema: “La felicidad vs la tristeza”.
Y como no poder analizar estás dos palabras, que una desencadena a la otra, pero que al final solo necesitamos a una persona que nos escuche, que nos de una palabra de aliento, un abrazo o simplemente, una frase que diga: “estoy contigo”, o quizás, un “no importa si te equivocaste pero ven, levántate, dame tu mano”.
Brindo por todas esa persona que aún medio del dolor y de la soledad se levantan y creen en si mismo; brindo por todos los jóvenes que han tomado la decisión de seguir a Cristo y dejar el suicidio.
Dedicó estas bellas líneas a la persona que me inspiro en escribir este artículo y que hoy por hoy está levantándose poco a poco de su dolor (A.N.C.H), y a todos los jóvenes y adultos de este bello país y del mundo.
La felicidad y la tristeza, al ponerlas en una balanza, pesará más la felicidad; por ello brindo, porque cada persona que lea esto pueda tener más bellos momentos en sus vidas.