Cartas al editor

No importa el futuro

Está demostrado a través del juez que no se equivoca el tiempo, que a las autoridades de educación que ha tenido el país han hecho una labor que deja mucho que desear, es doloroso y hasta despierta impotencia para aquellos que tienen conciencia saber que hay niños que no cuentan con maestros ni escuelas para recibir el pan que nutre el cerebro, lo que necesita una sociedad para desarrollarse conocimiento, niños que reciben clases en condiciones deplorables que sueñan con ser médicos, abogados, enfermeras, policías, ingenieros, pero que difícilmente podrán cumplir sus sueños si tienen que caminar horas para llegar a una escuela que se cae a pedazos.

¿Qué culpa tienen estos niños que desde pequeños les nieguen la oportunidad de seguir sus sueños? Cabe señalar, que niños cuyos padres hacen un esfuerzo enorme para que sus hijos vayan a escuelas y en estas condiciones son pajaritos que cuando salten del nido no podrán alzar vuelo alto, se seguirá repitiendo el ciclo y si se analiza esta situación la mayoría de hondureños estudia en el sector público a quienes en el primer nivel de educación se les está negando la oportunidad a futuro en consecuencia estamos condenado a que la mayoría de ciudadanos sigamos viviendo en la pobreza.

Si el problema no se ataca de raíz las repercusiones a futuro se seguirán dando, es injusto que personas ajenas a las autoridades de educación pongan en riesgo sus vidas porque creen en los niños de un país el cual se desangra todos los días por una mala administración.

Es difícil educar a niños que están a la intemperie, a jóvenes que trabajan y estudian y tienen muchas carencias puesto que la vida no les da condiciones óptimas para un buen aprendizaje, si los niños que son el futuro no cuentan con escuelas, y viven en una gran pobreza y los jóvenes a quienes les cuesta acceder a la educación superior cómo podemos esperar que algún día nuestra sociedad sea equitativa.