Cartas al editor

¡Otra vez política!

No niego que me gusta la política y, como cualquiera de mis compatriotas hondureños, tengo la esperanza de que la política sea esa ciencia sana y sabia que resuelve problemas en las sociedades y que impulsa el progreso y el bienestar de las mayorías, especialmente de los más necesitados. Y, por supuesto, tengo el sueño de que pronto en Honduras tengamos una buena dosis de esa política que sane todos los males que padece nuestra nación desde hace décadas.

Hoy, estamos de nuevo en la carrera hacia otras elecciones generales; es parte de la democracia, sin embargo, al ver a los “líderes” que prometen el cielo y la tierra a los electores, no dejo de decepcionarme, porque es más de lo mismo que hemos tenido por muchos años.

Las nuevas caras son escasas, y las propuestas todas van hacia lo imposible, en un malicioso afán por engañar al elector y conseguir su voto.

Pero, yo sé que el hondureño no es tonto, por lo cual, deseo que en esta ocasión escoja bien a quien va a elegir como alcalde en su municipio; a quien va a llevar al Congreso como su diputado o diputada, y a quien va a bendecir con su confianza para que dirija los destinos de Honduras como presidente.

Es necesario que analicemos bien antes de ir a las urnas.

Honduras necesita de sus mejores hijos y de sus mejores hijas para salir del atolladero en que nos tienen desde hace mucho tiempo.

Es hora de escoger para que el país tenga un gobierno realmente progresista, y no populista; un gobierno que estimule a la empresa privada a crear empleos que es la base del desarrollo de una nación; un gobierno que erradique la corrupción y le asegure un mejor porvenir a todos por igual. Es hora de escoger, y debemos escoger lo mejor, porque Honduras merece un liderazgo mejor y un mejor destino.