Cartas al editor

Retorno de decisiones

Todos como seres humanos en muchas estaciones de la vida hemos cometido errores, es imposible no cometerlos, y yo me solía preguntar constantemente, ¿cambiaría algo de mi pasado?

Esta pregunta por mucho tiempo quedó sin respuesta, inconclusa en mi cabeza, sin darme cuenta de que los fracasos y los incurridos nos conducen a ser la persona que somos hoy en día. Tener una gran memoria sin reflexionar es tropezar dos veces en la misma piedra.

La sabiduría es parte de las experiencias que hemos vivido. Pero no se trata básicamente del error perpetrado, sino de la reflexión que hicimos sobre esa falta cometida, de lo que pudimos aprender sobre ese hecho, aprende a tomar tu pasado como un tutor, no como un torturador.

Se irán tus años, se irán tus seres queridos, la ropa que usas ahora algún día dejará de quedarte, ese perfume caro se gastará, pero tu pasado viajará contigo hasta el día en que bajes al sepulcro, así que capitaliza cada error y cada dolor; aprende de cada experiencia, sé un gran alumno y absorbe hasta la más mínima sabiduría de lo que te pasó, transforma tu pasado en un paraíso de sabiduría.

No juntes un montón de errores del pasado para estrujar tu corazón porque seguramente te perderás de un montón de bendiciones para tu futuro.

Los corazones rotos solo pueden sanarse si están en las manos indicadas; en las tuyas. Somos los responsables de transformar nuestros infortunios en fortuna.

Muchas veces las malas decisiones que tomamos en el pasado lograrán ser las mejores decisiones para nuestro futuro; ya sea por un trabajo, en alguna relación amorosa, nada más que en su momento estas están disfrazadas de angustia. Algo tuviste que aprender de esa ruptura, algo te enseñó esa mala decisión que elegiste, aunque no era lo que querías.

Las experiencias pasadas nos hacen ser quienes hoy somos, pero la reflexión sobre estas nos llevarán a ser mejores personas.

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