Soy un ser viviente de los bosques de Honduras y tengo el honor de representar a nuestros bosques como el Árbol Nacional de Honduras mediante decreto 429 del 14 de mayo de 1924. Mi nombre científico, Pinus oocarpa.
Soy parte de un ecosistema de árboles de pino y a veces convivo con otras especies como el roble, el encino y otras especies de pino. Me describen como un árbol fácil para manejar y cuando me protegen y ayudan, puedo alcanzar una altura entre 15 y 25 metros. Mi grosor puede alcanzar entre 40 y 70 cm. Mis frutos son conos con escamas que protegen mis semillas y las cuales son liberadas en un promedio de 80 semillas facilitando la regeneración natural para establecer nuevos bosques e incluso puedo crecer en suelos pobres.
Cuando alcanzo mi madurez, se me puede aprovechar produciendo madera de alta calidad para mejorar su casa y muebles que puede necesitar desde la cuna cuando usted nace hasta cuando lo entierran en caja de madera.
También produzco abundante resina que pueden darle un valor agregado para obtener aguarrás, colofonia y múltiples productos de desodorantes, cosméticos y hasta productos medicinales. De mis conos hacen arreglos de Navidad y semillas que tienen un atractivo valor en el ámbito nacional e internacional.
De mis hojas pueden obtener desodorantes, perfumes y artesanías. Produzco leña, rajitas de ocote y carbón para sus barbacoas. También siendo parte del bosque, tenemos funciones ambientales, por ejemplo, evitamos la erosión de los suelos, facilitamos la filtración del agua lluvia en los suelos, reducimos la posibilidad de inundaciones, amarramos los suelos con nuestras raíces y reducimos los deslizamientos o derrumbes, capturamos carbono y liberamos el oxígeno, protegemos y alimentamos la fauna silvestre y producimos medicinas contra muchas enfermedades comunes.
Si logra adoptarme, cultívenme en lugar seguro, que me protejan contra los ignorantes, los incendios, las plagas, enfermedades y, sobre todo, que me den mantenimiento en los primeros meses hasta llegar a los cinco años.