Testaferros en política

“Misión cumplida”, “ganó Honduras”, expresaron las autoridades del CNE al momento de hacer la declaratoria oficial de las pasadas y catastróficas elecciones internas del domingo negro 9 de marzo de 2025. Lo cierto es que los movimientos de los tres partidos -Liberal, Nacional y Libre-, en su desesperación por inscribir a sus movimientos para participar en las elecciones, llevaron en sus planillas a gente de todo tipo. Hombres y mujeres que sin ningún mérito reconocido por su aporte a la comunidad o a su país se inscribieron en los niveles para alcaldes y diputados. Como dicen en México, “les valió madre” a quién llevaban en sus planillas, lo importante era buscar la “guayabotota”. En ese sentido, presentaron a personas totalmente desconocidas y, peor aún, a los mismos de siempre, o lo más catastrófico, a hombres y mujeres que su misión era cuidarles el puesto a personajes de dudosa reputación que llegado el momento, en legal y debida forma van a ocupar esos cargos que les encomendaron a muchas y muchos testaferros que van a renunciar para ceder sus puestos a ellos previa remuneración. Entonces la pesadilla no terminó con la declaratoria, que al estilo de Poncio Pilatos se lavaron las manos en cadena nacional con un informe que más que gloria trae vergüenza para nuestro sistema democrático. Acá, tanto los movimientos como las autoridades salen embarrados, los primeros por darle oportunidad a gente que no reúne los requisitos para aspirar a un cargo de elección popular, y, los segundos, por haber permitido la más grande burla a un evento electoral multimillonario que avergonzó a todo un país. Entonces la tarea es estar “ojo al cristo” para que en noviembre no se cuelen en las planillas -ante la renuncia de los testaferros- más de aquellos que son buscados y requeridos en cortes internacionales. El pueblo hondureño sigue estando pagando y manteniendo a una clase política que lo mantiene literalmente crucificado. La tarea de depuración del CNE no ha terminado.