Se llevaron a cabo las elecciones internas ayer. Como es costumbre, previo al evento, hubo todo tipo de pronósticos como el de aquel analista y exfuncionario del CNE que dijo sin titubear que “la batalla en las internas del Partido Liberal sería entre Cálix y Nasralla, su análisis giró y se fundamentó en “la gran cantidad de publicidad y derroche de dinero” que estos ilustres hondureños hicieron en un país que tiene otras necesidades básicas que satisfacer en lugar de estar viendo los afiches y vallas publicitarias de estos personajes oscuros para el país.
A continuación comparto con ustedes otro tipo de análisis de un ciudadano anónimo que posee, en mi opinión, una mejor visión de la realidad nacional: “ Y se llegó el día, Hilario.
El ambiente político se moldeó a semejanza y conveniencia de grupos de interés que necesitan reeditar su regreso al poder público. Volver al pasado, nada más.
No hay tal alternativa de cambio, es simplemente sacar a los que están para poner a los de antes.
La presunta oposición redujo su quehacer de campaña a buscar un candidato para dar la lucha en noviembre de este año frente al gobierno, su candidata y su desencanto.
En estas internas y primarias se marca el inicio de una lucha entre una “clase política” corrupta versus la ciudadanía honrada y hastiada de tanta impunidad.
Es vergonzoso ver los medios de comunicación sumados a este festín con la manifiesta misión de manipular la voluntad de la gente.
Quienes abriguen la esperanza que el domingo se inicia el camino para algo distinto de lo que hubo, desde ya deben saberlo, eso no se dará.
A Asfura y Ana solo los separa un enojo, son la misma cosa. A Cálix, Nasralla y Espinoza los une la misma mafia que hizo sociedad con Juan.
El pueblo hondureño sabe bien quién está detrás de cada precandidato presidencial”.