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Café vs. Comercio Justo, ¿es justo para Honduras?

De acuerdo a la organización berlinesa Foro para Comercio Justo (Forum Fairer Handel e.V. ), la rentabilidad del sector de café para pequeños productores en todo el mundo, se ve afectada por una alta concentración de mercado de alcance global. Al 2022, cinco (5) marcas comerciales concentran el 50% de las ventas globales de café, seguido por 10 empresas tostadoras que han logrado alcanzar el 35% del mercado mundial de café tostado. Esta situación, además de que no está siendo ni estudiada, ni regulada, ni por la Unión Europea (algunas de estas empresas son de procedencia europea), ni por la OMC, o bien la OIC; afecta a todos los pequeños productores de café. Especialmente en Latinoamérica, la mayoría del café está en manos de parcelas familiares de menos que 5 hectáreas. Por citar la situación del sector de café de Colombia, según el Foro de Comercio Justo, el 96% de la producción de café de esta nación, está a cargo de pequeños agricultores. El 44% de ellos a pesar de trabajar arduamente, viven debajo de la línea de pobreza.

En el contexto hondureño, la Coordinadora Hondureña de Pequeños Productores en Comercio Justo, ha expresado su preocupación por el desequilibrio en el sector de café, no solamente provocado por los bajos precios que se percibieron en la cosecha del 2021-2022, sino que particularmente las presiones de los altos costos de insumos, la migración irregular de los trabajadores en campo, el efecto de volatilidad provocado por el cambio climático y luego la presión global de las cadenas de suministro como consecuencia directa de la guerra que se libra en Ucrania, ahondaron la situación financiera del sector.

En concordancia con el análisis del Foro para Comercio Justo (Forum Fairer Handel e.V.) los productores hondureños señalan las prácticas poco solidarias de las grandes compañías de café que, al momento de efectuar compras internacionales, no necesariamente velan por un comercio justo real, sino más bien la estructura actual de las operaciones, financia – y en algunas ocasiones – subsidia las operaciones de estas grandes transnacionales.

Aunque el comercio justo está diseñado para apoyar la rentabilidad de los pequeños productores, su esquema aún presenta muchas limitaciones. Por ejemplo, sus precios mínimos y primas “Fairtrade” no han sufrido cambios en los últimos doce (12) años. Pese a que a nivel global los precios de cualquier commodity se ven afectados por la rotación de inventarios. Sumado a ello las reglas de certificación han cambiado. Con esto su cumplimiento resulta también más costos para los productores. COCAFELOL como cooperativa que asocia a más de 500 productores hondureños y que ya cuenta con un recorrido de 23 años en el mercado, desde el 2011 practica ambos sistemas de comercio justo, tanto el de USA como el de Europa. Para ellos estas complejidades globales, se dejan claramente sentir.

En el 2012 fue la última vez que Fairtrade actualizó los precios y primas para los productores de café. En contrapeso, los costos de producción de café aumentan constantemente. Existe un precio mínimo de comercio justo de USD 140.00 por quintal, pero realmente producir el café en Honduras, cuesta USD. 250.00 agrega el gerente general de COCAFELOL: “A pesar de todos nuestros intentos por solicitar incrementos, no hemos sido escuchados; y no somos los únicos”. Es el mismo tratamiento para todos los países productores de café. Se ve de forma crítica que el sistema trata de equiparar los precios del café y uniformarlos internacionalmente, cuando en realidad cada país, ya sea Colombia, Perú, Guatemala u Honduras, tienen otras realidades, y por ende costos de producción son diferentes. A pesar de cumplir con todos los elementos de la disciplinaria de comercio justo, su recompensa hacia los productores no ha evolucionado en más de una década. Entonces, ¿Cómo podemos llamarle un sistema de comercio justo cuando en realidad con lo que percibimos con ingreso, no cubre nuestros costos de operación?

El sistema Fairtrade necesita innovaciones. Si bien es cierto la marca ya está bien posicionada, es necesario normalizar los precios a nivel nacional, es decir se necesita que se reconozcan los precios reales. Al momento de producir un café con alto costo, comprárselo localmente al costo real a los productores en Honduras, como cooperativa no podemos vender el café a las empresas internacionales a un precio de mercado internacional que es más bajo de lo que nos cuesta la operación en Honduras, agrega COCAFELOL. Es necesario innovar en mecanismos que permitan contrarrestar estas fallas del mercado. En la cosecha 2021/2022 prácticamente seis (6) empresas del rubro de café están al punto de la quiebra; precisamente por este desbalance. Compraron a los productores el café al precio nacional, pero vendieron a las transnacionales al precio internacional, que es más bajo. Con una diferencia de hasta USD 50,00 por saco que dejaron de percibirse. Actuamos en base a la lealtad hacia clientes internacionales. Pero esto no es más sostenible.

Tenemos que crear mecanismos en donde el tostador esté obligado a pagar el costo de producción del café según el origen del mismo. Alternativamente, es indispensable cambiar el sistema del premio de comercio justo. Este premio debe de tener flexibilidad según la situación de mercado. Centavos adicionales fijos como premio, no cubren la realidad de producción. Sin contar que a la sumatoria de este premio vienen muchos cargos adicionales, como el costo de certificación, deducciones de inherentes a la membresía, déficit por tipo de cambio, entre otros costos. Luego a nivel local como cooperativa tenemos que financiar el personal de planta y profesionales que están exclusivamente dedicados al cumplimiento de los requerimientos de la norma de Fairtrade.

A partir de la última cosecha, sentimos que los productores no tienen una motivación de seguir con el esquema, simplemente, porque el trabajo excesivo que su cumplimiento provoca el estándar; no tiene los retornos económicos deseados. Es un punto de inflexión a considerar si nos conviene seguir con “Fairtrade”. Sumado a ello, ellos como iniciativa global han trabajado mucho en la adopción masiva del certificado. Esto ha provocado una sobre oferta de café. También creando paralelismos en donde fincas que implementan requisitos mínimos por el cumplimiento, igual reciben el certificado. Es una externalidad de los sellos privados.

Más presión para los Productores Pronto a través del – Pacto Verde – la Unión Europea intenta consolidar su normativa de productos libres de deforestación, sumado a ello la prohibición del uso del glifosato y luego la ley de derechos humanos en las cadenas de suministro. Claro que es posible cumplir con todo esto. Pero a su vez se traduce en elevados costos de operación que se deben de transmitir al precio final del café. Entonces todos los ingresos extras que puedan obtenerse, se usan para sufragar los nuevos costos de operación que resultan de implementar todas estas normativas internacionales. Nuestra rentabilidad es mínima. El esfuerzo en finca es grande y se complejiza. No hay en realidad retornos justos. Recordemos que Honduras, también es signatario de muchas de estos tratados globales.

Como consecuencia de todo lo anterior, experimentamos que poco a poco los productores están buscando rubros alternativos como la piña, el cardamomo o bien otros cultivos que les permitan mayor rentabilidad para sus familias y por todos sus esfuerzos. Sin contar la alta migración que hemos experimentado en los últimos cinco (5) años. “Mi experiencia después de 23 años en el sector de cooperativas, es que a las grandes compañías no les interesa nuestra situación. Su rentabilidad se antepone a una relación de comercio justo. Creo que ellos no entienden que la verdadera sostenibilidad está en los productores y no en los sellos”, expresa el gerente de COCAFELOL dada su sólida experiencia en el rubro. Esta cosecha 2022/2023 actualmente vendemos el café a USD 200.00 el quintal cuando en realidad nuestros costos están en USD 250.00. Perdemos USD 50.00 por quintal.

Es necesario buscar la justicia de ingresos para el rubro de café en Honduras. Independientemente, de los mercados a los que el café se exporte. Es necesario que los compradores internacionales, reconozcan nuestros costos reales de producción. Según las inquietudes de los productores de café es necesario estudiar, ¿Quién realmente se queda con las utilidades del café a nivel global? Es necesario una intervención que realmente permita justicia y por ende un comercio justo real cuando se trata del tratamiento de los retornos a los productores. No es posible que las compañías internacionales ganen miles de millones de dólares con el negocio del café y que la otra cara de la moneda sean productores empobrecidos.

Aunque COCAFELOL y la organización berlinesa Foro para Comercio Justo (Forum Fairer Handel e.V. ) nunca han tenido un contacto directo, coinciden en su premisa de la necesidad de que exista una regulación global de las externalidades de la concentración del mercado del café en manos de unas pocas compañías y pocas empresas tostadoras. Es necesario establecer límites a la competencia de mercado.