La estulticia, o sea la idiotez humana, abunda en sorpresas... entre ellas la afirmación de varios líderes cristianos de Norteamérica, que aseguran, fervientemente, que Donald Trump ha sido “enviado por dios” para convertirse en presidente. A ese grupo de población se le conoce como el Cinturón Bíblico de EUA pues su visión religiosa está más próxima al fanatismo que a la fe o, más preciso, a la cercana política que al dogma.
Dicho cinturón es “un extenso territorio que incluye nueve Estados de mayoría protestante y donde Trump arrasó en las últimas elecciones presidenciales, lo que se espera va a repetirse en las del próximo noviembre. Es un espacio ampliamente republicano en que la influencia política de los líderes religiosos ha crecido en los últimos años y cuya hebilla está en el conservador estado de Oklahoma”, relata Cecilia Barría en un reciente artículo de BBC News Mundo.
Uno de sus pastores, con máster en “Divinidad”, refiere que en el corto plazo su agenda política busca terminar con el aborto, eliminar la pornografía y poner fin al cobro de impuestos a la renta y la propiedad. “Son ideas del sector conservador más ultrarreligioso, cada vez más influyente en el Partido Republicano que lidera Trump. Pero a largo plazo su objetivo es más ambicioso: convertir en una nación cristiana a Estados Unidos, considerado como el primer país explícitamente laico de la historia. Y para esa misión una parte esencial de la estrategia es ocupar cargos políticos al más alto nivel.
“¿Quieren convertir la Casa Blanca en el reino de dios?”, consulta un periodista. “Todo en la tierra es el reino de dios”, esquiva. Su óptica es que “hay que cambiar las estructuras de poder ya que la mayor esperanza de esta nación, y la mejor persona para llenar el vacío de liderazgo, es Cristo”. Otro pastor de una nueva iglesia bautista cree que separar a la iglesia del Estado carece de sentido. “No hay manera de desconectar al cristianismo de la política”, dice. Su vista hacia el futuro es que las leyes del país sigan las de la Biblia y por lo ello hay que enseñarla en las escuelas. Al maestro que se opone lo tildan terrorista.
Luisiana ordenó que las aulas de las escuelas tengan colgados en las paredes los Diez Mandamientos, mientras que en Alabama la Corte Suprema determinó que los embriones congelados son “bebés”, provocando el cierre de clínicas de fecundación por temor a que el personal médico sufra consecuencias legales.
Samuel Perry, profesor de la Universidad de Oklahoma, explica que el nacionalismo cristiano es una ideología que promueve la fusión entre la vida civil estadounidense y una etnocultura conservadora angloprotestante. En la práctica, agrega, existe una estrategia política para activar esa ideología en las personas que sienten que su influencia está disminuyendo en el país, principalmente entre miembros de la clase trabajadora blanca.
“En vez de imponer la Biblia, deberían preocuparse de la pobreza en las escuelas”, dice Erika Wright, fundadora de la Coalición por Escuelas Rurales de Oklahoma, una organización de padres que busca mejorar la educación. La pobreza en Oklahoma suma 15% de la población, lo que parece impensable en el país más rico del mundo.
Pon, Honduras, tus barbas en remojo...