Según Russell N. Sheptak, brillante antropólogo de la Universidad de California, los primeros españoles en el occidente de Honduras detectan ciertos pueblos importantes. Bernal Díaz del Castillo, que acompañó en su extensa gesta a Hernán Cortés, afirma que encontró cerca de Naco “unos pueblos que se decían (llamaban) Girimonga (Selimonga) y Azula (Sula), y otros tres cerca de Naco, que eran Quimistán Soluta, y Choloma.
Los intereses españoles se centraron en Naco, Quimistán, y Sula, y por la costa del Golfo de Honduras”.
“Çoçumba”, prosigue el autor, es transcripción del nombre de un cacique indígena del siglo XVI en Honduras. Su sede fue Ticamaya, valle inferior del Ulúa, donde según su análisis fue señor principal de casi toda la zona central previo a la invasión ibérica. Çoçumba resistió varios intentos de dominio hasta ser derrotado por Pedro de Alvarado en junio de 1536.
“Después de la batalla se convirtió en cristiano y fue a vivir en el pueblo de Santiago Çocumba, al sur del valle. Su nombre es transcripción que los españoles hicieron, pues también se le nombra Çiçumba, Soamba, Joamba, Socremba, otros. Çoçumba es el más común aunque nadie sabe su nombre verdadero. Se supone que dominaba el centro del valle de Sula, a lo largo del Ulúa, ya que se le asocia con los pueblos de Ticamaya y Toloa (norte) y Santiago (sur).
Desde allí controlaba las redes fluviales de comunicación hasta el Golfo de Honduras y la Península de Yucatán. Al asentarse en Ticamaya controló el río Choloma o Balaliama, que es ruta a las montañas del oeste, dotadas con minas de cobre utilizadas desde antes de la conquista. Desde Ticamaya y Toloa manejaba la ruta principal por los ríos Ulúa y Chamelecón, que en esta época se unían al sur, en el hoy Tibombo. A causa de ello se cree que fue el principal cacique en el norte del país.
Con el título “Noticias de un cacique indígena de la época colonial: Una contribución a la historia colonial de Honduras”, Sheptak expuso estos hallazgos -basados en documentos del Archivo General de Indias (Sevilla, España) y del Archivo General de Centroamérica (Guatemala)- en el VII Congreso Centroamericano de Historia auspiciado por la UNAH en julio de 2004.
El autor explica que desde su ingreso a Honduras los españoles experimentaron severa resistencia por parte de caciques indígenas localizados en el valle del Ulúa, siendo uno de ellos Çoçumba, quien tras casi diez años de hostilidad a los iberos finalmente se entregó en 1536 y se hizo cristiano.
El repartimiento que diose a sí mismo Pedro de Alvarado indica que Cicumba era señor de Ticamaya, más otros pueblos a él sujetos. Estos quedaban “hacia las sierras del río Olua” y, según los únicos que se identifican hoy, estarían sujetos a Çoçumba en el nordeste del valle, camino a la costa. Y allí comenzaba la guerra...Cereceda cuenta que en 1533, cuando se traslada de Trujillo a Naco, está el río Balahama (o Balaliama, que en el Repartimiento de San Pedro con pueblos históricos es río Choloma) donde “hallamos una albarrada (barricada, pared seca) de las que escreví a vra. mg+. (vuestra majestad) que hazra (hacen) los indios”... Sin duda defensas del valiente Cicumba, a quien la patria está pendiente de integrar en la heroica lista de sus líderes primarios.