Un refranero, dice el diccionario, es una recopilación o colección de refranes o dichos populares que contienen profundas raíces del sentir y pensar de los pueblos. Se repiten con tanta frecuencia, por motivos de múltiples y variadas circunstancias y se transmiten de generación en generación, prácticamente sin sufrir modificación alguna.
Muchos refranes tienen una dosis alta de sabiduría popular y de sátira, en el sentido que también pretenden hacerle ridículo a alguien, provocando risa para avergonzarlo, humillarlo o desacreditarlo; en otras ocasiones, los refranes contienen un alto sentido de humor para señalar alguna característica negativa de una persona, de una sociedad o particularmente de un acto o tema político.
En Honduras, nuestro refranero es riquísimo en este tipo de manifestaciones cortas pero contundentes, y el campo de la política no se queda atrás.
Rebuscándonos en el archivo mental, nos encontrarnos algunos refranes aplicables a las circunstancias inéditas e incomodas en las que el pueblo hondureño se ha venido debatiendo en las últimas dos décadas. Muchos son los compatriotas que piensan que nuestros males tuvieron origen en los penosos acontecimientos del 2009 en que se pretendió alterar, por así decirlo, el orden prometedor político que el país había iniciado en el año 1980 con el retorno a los gobiernos civiles sucesivos que vinieron a sustituir 16 años de matices verde olivo.
La verdad es que basta con recurrir a los anales periodísticos que se remontan al inicio de la década del 2000 para entender que Honduras inicia su declive con los intentos del rompimiento de artículos pétreos de la Constitución de la República y de los intentos fallidos de convocar a una Constituyente para implantar en el país modelos de gobiernos como los que han imperado en un país del Caribe, de la América del sur y ahora en una hermana república centroamericana, mediante los cuales se han enterrado los derechos de los pueblos de vivir en libertad y democracia. “Para muestra de ellos un botón”, como dicta un refrán, el millonario éxodo de cubanos, venezolanos y nicaragüenses que huyen despavoridos de la represión de sus respectivos gobiernos.
“A lo hecho pecho”, “al mal tiempo buena cara”, “cada loco con su tema”; “el que la hace la paga” (en las urnas), y así por el estilo se podrían aplicar a nuestra situación actual; sin embargo, hay uno que llama mucho mi atención y es aquel que dice que “el pato se canta (?) en la entrada o en la salida”, nuestro actual gobierno aparenta haber roto este molde, porque este pato la “cantó” (?) desde la entrada hasta ahora que ya sale.
No bastaron los millones invertidos para “enterrar como el gato las “cantadas” (?) realizadas”, no han podido “tapar el sol con el dedo” índice de la vergüenza y la incapacidad administrativa.
Finalmente, me atrae este último dedicado a los pencos y malnacidos: “El que ríe de ultimo, ríe mejor”.