Aunque entre Ecuador y Honduras existen múltiples contrastes, lo curioso reside que en apariencia existen algunas semejanzas, tales como una remota influencia entre la ciudadanía de algunos exgobernantes socialistas, y las sorpresas que en ambos países sufren los aficionados del fútbol. Las diferencias entre ambas naciones son grandes, empezando porque Ecuador en los Juegos Olímpicos París 2024 obtuvo cinco medallas -una de oro, dos de plata y dos de bronce- mientras Honduras no logró conseguir ninguna. Con todo, los dos países poseen paisajes exuberantes, una posición geográfica privilegiada y una rica biodiversidad acompañada por su especial riqueza cultural.
Un periódico en línea ecuatoriano recientemente publicó un artículo en el cual se afirma que “Ecuador es el tercer país más endeudado y con más aumento de la informalidad en América Latina”. (lahora.com.ec/pais/).
De acuerdo con la publicación aludida: “Solo Argentina con una deuda pública de su Gobierno Central del 130.4% del Producto Interno Bruto (PIB), y Brasil con un 75.7% del PIB, son economías más endeudadas que Ecuador en América Latina”; para enseguida agregar que: “Según un último estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el Gobierno Central del Ecuador acumula una deuda que representa el 58.7% de todo lo que se produce en el país en todo un año” (ídem).
En el estudio de la Cepal, Honduras aparece en el décimo lugar de la lista, con una deuda pública del Gobierno Central que ascendía a un 43.2% del PIB, siete lugares por debajo
de Ecuador, pero encima de países como Chile (41.6%), México (40.0%), Nicaragua (38.3%), Paraguay (34.6%), Perú (28.3%) y Guatemala (25.7%).
Buena parte de la deuda ecuatoriana se contrajo con la República Popular de China, ya que según el artículo mencionado “Ecuador seguirá entregando el 37% de su producción anual de petróleo hasta por lo menos 2027 para pagar la costosa deuda china contratada durante la década correísta”. Adicionalmente, dicha deuda “representa casi siete veces lo que se gasta en bonos y ayudas sociales al año; o casi 31 veces lo que se asigna como presupuesto anual al sector agrícola” (ídem).
En las dos economías que nos ocupan, buena parte de los fondos percibidos mediante el endeudamiento del gobierno se los ha tragado la boca insaciable de la corrupción.
De esta manera, “de acuerdo con Carla Rodríguez, economista y consultora internacional, la realidad es que buena parte del endeudamiento público en Ecuador se ha malgastado, se ha ido incluso en corrupción y en obras no necesariamente prioritarias” (ídem).
El resultado negativo de esa mala gestión reside, entre otras cosas, en que en el Ecuador “solo el 30% de la red vial pública (no concesionada) está en buenas condiciones y el sector eléctrico (controlado totalmente por el Estado con escasa apertura a la inversión privada) está todo el tiempo al borde del colapso y los apagones” (ídem), algo no tan diferente a lo que sucede en Honduras.
El economista y docente universitario Santiago José Gangotena le confesó a LA HORA que: “Desde el Estado hemos gastado mucho en cosas inservibles como terrenos aplanados y queremos repetir la misma receta de que el gasto público lo soluciona todo. Si no entendemos cómo gastamos, y tampoco le ponemos límites al Estado, seguiremos caminando en el mismo terreno” (ídem). Lo expresado por José Gangotena es plenamente valido para Honduras y su despilfarro.
