Debemos

Las elecciones primarias del 9 de marzo de 2025 revelaron delitos electorales graves, poniendo en riesgo la democracia en Honduras. La ciudadanía debe actuar

  • 05 de abril de 2025 a las 00:00

Las irregularidades del 9 de marzo de 2025, día de las elecciones primarias e internas, han sido examinadas por la ciudadanía. Se ha identificado que, más que simples irregularidades, se trató de delitos electorales y, más aún, se pretendió que fuera un sabotaje al acto de manifestación de la voluntad popular en las urnas.

Todo esto reviste extrema gravedad, peor aún si se proyecta hacia las elecciones generales, ya que, de no castigarse estos comportamientos, la impunidad resultante exacerbaría la comisión de estos delitos, sin poder dimensionar su alcance.

Daños muy grandes, vidas valiosas perdidas, y una potencial tragedia que no asusta al Comandante, incapaz de sentir emoción alguna. Ese es parte del escenario que tendríamos que vivir los hondureños si continúa el declive democrático en el que, por la fuerza, nos quiere hacer rodar su mente y su nefasto proyecto.

La vocación al caos del máximo dirigente del grupo del Partido Libertad y Refundación (PLyR), actualmente en el poder, no nos sorprende. Es cada día más determinada, pues está convencido de que el desorden es su mejor herramienta para apropiarse del poder y del erario. Lo inconcebible es que personas inteligentes y estudiadas lo secunden.

Y aunque nos resistamos, solo se explica por las mismas razones: el botín, poder y erario. Porque por poder y dinero volvió la mirada al sur y pretende imponer cuartas. Latifundista explotador de paupérrimos, sin ninguna conciencia ni sentimiento de solidaridad hacia ellos. Pero Honduras es una nación de más de 10 millones de seres humanos, no solo de él, de su familia ni de quienes aprovechan sus delirios para enriquecerse. Sí, es una pena. Pero sorprendernos y apenarnos por lo que hacen no es suficiente.

Sí, lo es orar y actuar. No basta rezar, cierto: tenemos también que hacer patria. La actuación cívica de manifestarnos, de sobreponernos al miedo por un futuro en libertad y en paz para nuestros nietos. Hemos tratado de comprender y confiar en que la sensatez de nuestros dirigentes prevalecería. Pero nos tienen muy asustados. Debemos luchar por Honduras.

Te gustó este artículo, compártelo
Últimas Noticias