El intento golpista en Alemania por parte de un grupo de personas imbuidas de ideologías extremistas, con entrenamiento militar, ha sido neutralizado por el gobierno; empero, las autoridades consideran que el principal peligro para la seguridad de esa nación radica en la extrema derecha, inclinada a actos terroristas tanto contra inmigrantes como contra alemanes opuestos al fundamentalismo conspirativo lindante con la paranoia, alimentada por las redes sociales internas y externas.
La victoria electoral en Italia permitió el ascenso del neofascismo, seguidor del dictador Mussolini, encabezando el nuevo gobierno la primer ministra Giorgia Meloni. En Hungría y Polonia también la extrema derecha ha alcanzado el poder vía comicios, en tanto en Suecia, tradicionalmente regida por autoridades socialdemócratas, la derecha extrema está en ascenso, con mayor representación que nunca antes en el Parlamento. En Israel nuevamente asciende Netanyahu a regir los destinos de su país, tras desintegrarse la coalición partidaria de centro derecha.
Del otro lado del océano Atlántico, en los Estados Unidos, Trump encarna, encabeza y manipula a millones de sus seguidores radicales para intentar nuevamente ascender al poder. Fue él quien intentó efectuar un golpe de Estado, inédito hasta ahora, para impedir que el candidato victorioso, el demócrata Biden, fuera confirmado por el Colegio Electoral y los diputados de la Cámara de Representantes, como el triunfador en la justa electoral del 2021. Para ello, el magnate y personaje mediático convocó a centenares de fieles seguidores, muchos de ellos armados, para tomar por asalto el edificio legislativo el 6 de enero del 2022.
El ataque fue eventualmente rechazado pero con saldo de víctimas entre atacantes y custodios. Y Trump continúa insistiendo en que el fraude en las urnas impidió su reelección. Su sed de poder y enriquecimiento personal y familiar son ilimitados. La Organización Trump, conglomerado de varias de sus empresas, recién ha sido encontrada culpable de fraude fiscal y otros crímenes para ocultar el monto verdadero de sus ganancias e inversiones.
En reciente mensaje electrónico declaró la necesidad de “terminar todas las reglas, regulaciones y artículos, aun aquellos encontrados en la Constitución”. Mientras amplios sectores ciudadanos han rechazado esta insinuación, los políticos republicanos, en actitud oportunista, se han llamado a silencio, lo que revela el grado de control que aún ejerce sobre sus conmilitones, si bien los candidatos a cargos de elección popular que ha patrocinado han resultado derrotados.
Al final de cuatrienio presidencial, tras desalojar la Casa Blanca y retornar a su residencia en Florida, sustrajo centenares de documentos oficiales, muchos de ellos con el sello de máxima seguridad nacional y confidencialidad, por su contenido, los que han sido parcialmente incautados por el FBI, en tanto el Departamento de Justicia ha nombrado fiscal especial para determinar los alcances de esa ilegal apropiación.
Ya le suenan, esta vez, pasos de animal grande a este egomaniaco narcisista que ya declaró su prepostulación a la candidatura presidencial por su partido, de cara a la elección presidencial del 2024.