¿Qué es la paciencia? Soportar serenamente los infortunios y adversidades. Esperar con calma, sin quejarse, ni alterarse ante algo que tarda. Tolerar tranquilamente una situación molesta que no se puede controlar. Dedicar el tiempo que sea necesario para terminar algo. La palabra paciencia es de origen latín, proviene del verbo “pati” que significa “sufrir”, por lo tanto, la paciencia se ve reflejada cuando una persona soporta en silencio situaciones desagradables.
¿Por qué practicar el valor? La paciencia es un valor donde prima la serenidad y el autocontrol. Aquí algunos beneficios de practicar: Gozar de mejor salud. Ser mejores. Alcanzar objetivos complicados. Tomar mejores decisiones. No pretender manejar lo que está fuera de control. Afrontar la vida con optimismo. Buscar
la armonía.
Obstáculos: Baja tolerancia a la frustración. Inmediatez. Justificación inútil.
¿Cómo practicarlo? La paciencia nos lleva a desarrollar otros valores: tolerancia, respeto, humildad, comprensión, sana convivencia, serenidad, aceptación, buen humor. La práctica de todos ellos nos trae increíbles beneficios física, mental y emocionalmente. 1) Detectar qué es lo que te hace perder la paciencia. Admite el contexto, autoanalízate y determina cuáles son aquellas cosas o situaciones que te generan esta sensación. Al conocer sus causas, tendrás más herramientas para enfrentarlas, eludirlas y, eventualmente, eliminarlas. 2) Reconocer que no tienes control sobre todo. Acepta y comprende que hay cosas que no puedes controlar y que ampararte en la queja constante o en el enojo por cuestiones que tienen naturaleza singular es inútil. 3) Disfrutar del momento. Paciencia se escribe con “P” de presente. Proyecta cada momento de tu día como una oportunidad única. Date permiso de disfrutar cada momento y situación, incluso, las situaciones aburridas o incómodas, echa mano del buen humor. Concentra tu atención en el tiempo presente, nada dura para siempre. 4) Mirar el lado bueno de la impaciencia. La impaciencia no tiene porqué ser exclusivamente negativa. La inquietud puede ser el impulso inicial que despierte un proceso creativo. Cada vez que te impaciente algo, deja volar tu imaginación a rincones inesperados. 5) Buscar formas alternativas de descargar tu ansiedad. Es importante que tu cuerpo y mente no acumulen ansiedad y estrés. Realiza algún tipo de ejercicio físico, técnicas de respiración, escribe, reza, piensa en tu propósito de vida. Todo ello contribuye no solo a descargar emociones, sino dar claridad a tu vida.
Propósito: Escucharé con atención y paciencia.