Alumbra, cumbre de alumbre, de las Américas, la incertidumbre. En los últimos días los noticieros y las redes sociales han sido un constante ir y venir de declaraciones de las diferentes posturas que ha generado la no inclusión de las representaciones oficiales de Venezuela, Cuba y Nicaragua en la IX Cumbre de las Américas.
El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador hizo público su apoyo a los países excluidos, a lo que se han sumado los representantes oficiales de Argentina, Bolivia, Chile y Honduras.Con las particulares declaraciones de la presidenta Xiomara Castro estoy de acuerdo, es necesaria la presencia de todos los países del continente.
A pesar de que es entendible que por razones ideológicas y políticas Estados Unidos no quiera la representación oficial de algunas naciones en un evento que, por esta vez, esa poderosa nación lidera.Si revisamos la agenda de la IX Cumbre a realizar en Los Ángeles, incluye temas como la inclusión social, la recuperación económica, el cambio climático, la democracia y el libre mercado.
Si bien algunos de estos temas, como la democracia o el libre mercado, son en extremo sensibles para algunos de estos países, es justo por eso que es necesario tener un acercamiento, aunque sea mínimo.Es cierto que las relaciones entre países no funcionan como las relaciones entre las personas, pero algún rasgo sí que comparten. Y entre más se alejen los unos de los otros, más largo es el camino para encontrar puntos en común.
Y no olvidemos, que se supone que detrás de toda esta armazón política hay un solo fin: el bienestar social de todos los habitantes del continente.Creo que en América han pasado y siguen pasando cosas graves en muchos países, por no decir en todos, no solo en esos tres. Sobre todo si hablamos de prácticas antidemocráticas, falta de transparencia, corrupción, censura, desigualdad, violencia en todas sus formas, entre otros males.
Y si revisamos el Compromiso de Lima, documento concluyente de la pasada Cumbre de Lima realizada en 2018, nos encontraremos con grandes contradicciones, y a la vez con algunas luces.Solo para dar un ejemplo, el punto 23 del Compromiso de Lima reza: “Proteger el trabajo de los periodistas y personas que investigan casos de corrupción de manera consistente con las obligaciones y los compromisos internacionales sobre derechos humanos, incluida la libertad de expresión”.
Sin embargo, según un informe de 2021 de la organización Reporteros sin Fronteras, en países como México, Guatemala, El Salvador, Colombia y Bolivia la libertad de prensa es problemática. Y para Honduras, Cuba, Nicaragua y Venezuela la situación es muy grave.
De los anteriores, México es el país más mortífero. Es por ello por lo que la organización define a América como un ambiente “cada vez más deteriorado y tóxico” para el ejercicio de la libertad de expresión.Sé que no se pretende que a partir de una cumbre cada uno de los Estados se convierta en un modelo, en una Noruega o una Dinamarca en términos de libertad de expresión, por ejemplo, pero sí que los compromisos se concreten en acciones.
Espero que así como se ha levantado el polvo con las últimas declaraciones se levante después con los acuerdos y compromisos que resulten de este evento tan significativo para el continente. Y nosotros, a prestar mucha atención.