La escasez del agua es un tema recurrente en Honduras y ahora no solo en la época de verano. Al ser un recurso vital para la vida de nuestro planeta tierra y esencial para el funcionamiento de los ecosistemas, la agricultura, la industria y nuestras necesidades diarias, debe estar en la agenda de prioridades de nuestros gobernantes.
La escasez de agua ocurre cuando la demanda de agua supera la oferta disponible, y esto se debe a varios factores tales como: El crecimiento de la población, el efecto del cambio climático a través de la distribución heterogénea de la precipitación, el mal uso de los recursos hídricos y la contaminación del agua. Con las proyecciones de crecimiento de la población mundial, la producción de alimentos se tendrá que duplicar para satisfacer la demanda de la población. Los escenarios de distribución de agua para los próximos años, no son nada alentadores, algunos predicen que aproximadamente el 40% de la población mundial vivirá en zonas de estrés hídrico, lo que sin duda generará presión sobre los recursos hídricos.
En Honduras los modelos climáticos predicen que para el año 2023, las precipitaciones disminuirán al extremo que en los meses de julio y agosto provocará sequía en 140 municipios, siendo los mas afectados los municipios que pertenecen a los departamentos de Choluteca, Valle, El Paraíso, Comayagua, Francisco Morazán, Intibucá, Lempira, el norte de Olancho y Yoro. Con esto se pone en riesgo, la producción de alimentos, ya que la mayoría de los productores no tienen implementados sistemas de riego en sus parcelas, por lo que su producción, se ve condicionada a la disponibilidad de agua precipitada durante la época de invierno.
Los pocos productores que tienen acceso a sistemas de riego, generalmente no realizan de manera correcta el manejo del riego, provocando muchas veces desperdicios del recurso hídrico. El manejo ineficiente del recurso agua en la agricultura, se debe muchas veces a la falta de información sobre los parámetros de gestión del riego, o por el bajo nivel de formación y calificación de los técnicos y regantes, que no colocan la cantidad de agua correcta en el momento que la planta lo demanda. Antes estos escenarios de escasez hídrica, aumentar la eficiencia de la aplicación de agua en la agricultura, es esencial para reducir la presión sobre los recursos hídricos, reducir la degradación ambiental y mejorar las condiciones de seguridad alimentaria. Hoy en día, la dieta de la población se basa en productos que demandan agua.
En este sentido, se debe hacer todo lo posible para mejorar la forma en que se utiliza el agua en la agricultura y aprovechar al máximo los recursos hídricos que ya son limitados.Si no actuamos ahora, vamos a seguir teniendo los mismos resultados cada año en todo Honduras, y la crisis por alimentos se verá más agudizada en el corredor seco de Honduras, lo que provocará el desplazamiento de nuestra gente y la presión de servicios en nuestro territorio.
Actuemos ahora para que no sigamos contando la misma historia el próximo año. Entonces, en base a este escenario, debemos trabajar no solo en la gestión eficiente del riego, sino también en mejorar el uso del agua por parte de las plantas, mejoras en el uso del agua en las unidades de producción, mejora en la gestión y abastecimiento de agua, pero también debemos trabajar en innovaciones en la gestión de cuencas hidrográficas.
Si no actuamos ahora, vamos a seguir teniendo los mismos resultados cada año en todo Honduras, y la crisis por alimentos se verá más agudizada en el corredor seco de Honduras, lo que provocará el desplazamiento de nuestra gente y la presión de servicios en nuestro territorio. Actuemos ahora para que no sigamos contando la misma historia el próximo año.