i comparamos la forma en que se realizaba una auditoría hace dos décadas versus a como se realiza en la actualidad, debemos encontrar una diferencia importante en cuanto a la forma de pensar del auditor, los procedimientos que se aplican y las herramientas tecnológicas a las cuales el auditor recurre para apoyar sus procedimientos. Una auditoría va mucho más allá de asegurarse de que una transacción cuenta con un documento, va más allá de entender a la organización que se está auditando, se trata de poder interpretar tendencias, conocer la industria, marcos contables que están en constante cambio, nuevos requerimientos regulatorios, legales, expansiones de negocios, nuevos mercados, cálculos complejos, juicios en la determinación de montos que afectan los estados financieros, cambios tecnológicos constantes, operaciones cada vez más automatizadas.
Ante todos estos temas es necesario desde una etapa de planeación seleccionar las poblaciones de interés y la identificación de riesgos e incluir otro tipo de procedimientos analíticos que permitan al auditor tener un mayor alcance en los procedimientos que se realizan
. La transformación digital viene acompañada de nuevas herramientas para que el auditor pueda otorgar nuevas formas de resolver problemas a las corporaciones creando más confianza y valor de la auditoría, proveyendo así soluciones precisas a los stakeholders que demandan servicios de calidad. En la actualidad se puede tener acceso a aplicaciones con las cuales poder realizar análisis sobre bases de datos que son de interés, de forma general o estratificada, aplicando algoritmos específicos, con los que el resultado puede ser visualizado a través de un gráfico comprensible e interactivo que nos permita poder concluir dónde se generó una transacción inusual o en qué segmento de la población, en qué periodo y otros resultados de interés, obteniendo, de esta forma, resultados exponenciales que generan valor al proceso de auditoría, todo esto con una inversión menor de tiempo.
Transformar la auditoría va más allá de lo técnico, no cabe duda de que, con la implementación de la transformación digital, el proceso de auditoría se está convirtiendo en esa respuesta certera que esperan los stakeholders para la protección de sus intereses y garantizar la continuidad de las operaciones.