Tristemente, debo dar el calificativo a Honduras de un país emproblemado, un Estado donde no salimos de un problema para entrar a otro. ¿Con qué estamos emproblemados? Pobreza, corrupción, narcotráfico, migración, Estado de derecho, educación, salud, infraestructura pública, en fin, somos un país en condiciones poco favorables, cuando un nuevo problema nos embate, repercute hasta en las entrañas más remotas de la población y un ejemplo de ello es la tormenta tropical Sara.
Hoy no seré crítico con los funcionarios del actual gobierno, porque definitivamente debe ser un reto estar gestionando ayudas, coordinando estratégicamente el abordaje y la forma de enfrentar este tipo de fenómenos, y lo más fácil es estar utilizando este tipo de espacios desde la comodidad de una laptop para criticar, cuando los hondureños están con incertidumbre producto de las inundaciones. Lo que sí debo decir es que este tipo de acontecimientos repercuten más de lo que deberían, porque como nación no hemos atendido los problemas básicos, torales y fundamentales.
Yo soy originario del departamento de Colón, donde no solo Eta, Iota y Sara han hecho daño. Aquí cualquier lluvia causa estragos, los puentes fácilmente se rebalsan y se caen, la energía eléctrica siempre la obstruyen, el agua potable la desconectan de manera constante, y en el caso de mi amado municipio de Sabá, queda desconectado de los demás municipios cada vez que hay una tormenta, y nadie habla de esto. Este tema es únicamente abordado y atendido cuando estamos emproblemados.
Es apremiante que comencemos a ver este tipo de hechos como parte de la lista del sinfín de problemas que tenemos, debemos exigir a nuestros políticos no bolsas solidarias ni fotos con botas de hule, es urgente que lleven propuestas para abordar este tipo de problemas de una manera eficiente, con propuestas preventivas para evitar llegar a estas circunstancias, la planificación y forma de ejecución debe ser el principal argumento de estos nuevos postulantes a cargos de elección popular.
Entiendo que el contexto de Honduras no es fácil, que los fenómenos naturales embisten fuertemente y sus consecuencias no son previsibles, pero con un plan de contingencias para este tipo de fenómenos muchos daños podrían evitarse. Con una planificación técnica, alcanzable y transparente, con políticos capaces, podemos comenzar a reducir la cantidad de los problemas que atravesamos como Estado.