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La amabilidad de Mr. Rogers

Me encontré con una amable sugerencia estos días. La película protagonizada por Matthew Rhys, Tom Hanks y Chris Cooper A Beautiful Day in the Neighborhood me hizo investigar sobre un famoso presentador de la televisión norteamericana, Fred Rogers.

En la película se cuenta cómo un galardonado periodista cínico, Lloyd Vogel, acepta a regañadientes la tarea de escribir un artículo sobre el querido personaje de la televisión de los años setentas. En la película se cuenta cómo la complicada perspectiva de la vida de Vogel se transforma después de su
encuentro con Rogers.

Al inicio, la película da la impresión de que se trata de una ingenua historia infantil. Sin embargo, conforme avanza se muestra la tremenda fuerza de la amabilidad y de una vida centrada en el servicio a los demás. El artículo Can You Say... Hero? en el que se basa el guión muestra la figura de una persona profundamente humilde que no se siente como un héroe y que, sin embargo, ayudó a transformar la vida de muchas personas a lo largo de los años.

No muchas personas hablan de la necesidad de la amabilidad hoy en día. Sin embargo, todos sabemos que en el fondo de cualquier transformación personal “El amor está en la raíz de todo” tal como dice Rogers en varias ocasiones. En la película Fred no habla mucho de amabilidad, aunque sale a relucir con ejemplos de
forma constante.

Se constata una y otra vez que las virtudes que tenemos hacen que veamos la realidad de una u otra forma. Cuando procuramos mejorar y luchamos por ser buenos y amables, también veremos a nuestro prójimo como bueno y amable, y los trataremos como si lo fueran. En cambio, si nos sentimos mal con nosotros mismos veremos a nuestro prójimo con ojos de acusación, y el mal se extenderá y prosperará. En otras palabras, no actuamos de forma amable porque nos lo dicen sino que actuamos amablemente porque hemos llegado a pensar que es posible hacerlo, y por eso creemos que nuestro prójimo también debe ser amable. Como dice Mr. Rogers: “Me gustas como eres”. “Es a ti quien me gusta”. “Eres especial”.

En momentos de desesperanza en que la violencia y la crueldad de muchos parecen imponerse, necesitamos ejemplos de respeto y amabilidad. La amabilidad es la mirada que no centra su atención en los defectos ajenos sino en las cosas positivas que florecen en sus vidas. La amabilidad es el camino más fácil, y quizá el más seguro, para llegar a la verdadera humildad. La amabilidad detiene el torrente de la ira, elimina el resquemor del fracaso y enciende la ambición valerosa. Alza al desventurado, devuelve al camino al descarriado. La amabilidad acaba con la tristeza y la pesadumbre, y pone esperanza en los corazones que desfallecen. Descubre bellezas insospechadas en el ser humano y anima a corresponder con lo mejor que hay en nosotros. La amabilidad purifica, enaltece y ennoblece cuanto toca. Abre las compuertas de la risa en los niños, recoge las lágrimas del amor arrepentido y alivia el peso del cansancio.