Lo que el FMI no había dicho

El gobierno publicitó como nunca las afirmaciones vertidas a finales de abril de 2024 por Rodrigo Valdés, director para el Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional

  • 18 de septiembre de 2024 a las 00:00
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El gobierno publicitó como nunca las afirmaciones vertidas a finales de abril de 2024 por Rodrigo Valdés, director para el Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI), respecto a la “buena marcha” y los “sorprendentes” resultados de la macroeconomía.

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Para la población es aceptable que los personeros del FMI y los del gobierno se lleven bien y así no aumenten el estrés. Lo que no es aceptable es utilizar las declaraciones fondomonetaristas como respaldo a la propaganda oficial para imponer hacia el interior del país su visión parcializada de que “la economía está bien”, cuando desafortunadamente la realidad sigue indicando algo diferente. Además, no resulta coherente adoptar opiniones foráneas con la postura de lucha furtiva y difusa por la soberanía. Dentro de lo inaceptable, también cuenta si lo dicho por alguien del FMI es toda la verdad.

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La frase de Valdés: “A Honduras le ha ido bien, mejor de lo esperado”, contrasta claramente con la realidad. Desafortunadamente, seguimos igual que como hemos estado durante lo recorrido en el presente siglo. Continuamos con tasas de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de 3.5 en promedio o menos. Y aunque tuviéramos 4%, no rompemos la tendencia de crecimiento económico raquítico. Débil creación de empleo; ofensiva distribución del ingreso. Quizás, lo que no dijo don Rodrigo Valdés es similar a lo que tampoco decía hace años atrás su tocayo Rodrigo Rato, exdirector-gerente del FMI, luego ministro en España y prisionero en la cárcel por cargos de fraude y apropiación indebida.

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Don Rodrigo también dijo: “En cuanto a las Reservas Internacionales Netas, el país mantiene 5 meses de importaciones”. Unos meses después, la narración cambió. Todo iba bien entre el FMI y el gobierno socialista-democrático, siguiendo las recetas de política económica del octogenario de Bretton Woods. De pronto, la luna de miel se acabó. La relación sigue pero condicionada. Los voceros del Fondo, presencial o virtualmente, dijeron lo que faltaba decir. Hubo que subir la tasa de política monetaria del 3 al 4%, con trayectoria ya comprometida a subir quizás unos 300 a 400 puntos básicos. Habrá más problemas con la inversión, producción y empleo.

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Siguen los problemas de divisas y las reservas internacionales continúan debilitándose. Entonces, el gobierno “resuelve” con devaluación más rápida y nos desembolsan más préstamos mientras van llegando los bonos “soberanos” a transarse con banca privada internacional en un monto entre 500 y 800 millones de dólares, tasas más altas y plazos más cortos. Sigue diciendo el FMI: lo importante es que al aplicar esas medidas saldrán “bien evaluados” en las revisiones semestrales y desde Washington desembolsaremos la Facilidad Ampliada de Fondos (EFF, por sus siglas en inglés), unos US$540 millones con tasa “nada más” del 5% a pagarse en plazos entre 5 y 10 años. Xiomara cumple en recibir nuevo endeudamiento, pero serán los contribuyentes los que cumplirán con los primeros pagos a partir de 2028.

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Mientras fluye esa plata desde las bóvedas del FMI, vienen llegando también los préstamos del CAF por US$350 millones a tasas muy parecidas a las del Fondo. Ya se gastó el desembolso por parte del BCIE por US$100 millones ampliable hasta US$500 millones con tasas mínimas del 7% a 5 años. Todos estos nuevos préstamos se agregarán al mayor endeudamiento interno que forma parte de las “sugerencias” o compromisos con el FMI. Mientras, los piropos de los ejecutivos del FMI para el gobierno Castro Sarmiento son los mismos que le decían a Hernández Alvarado.

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