Este vocablo tiene diversas acepciones: los seguidores y contemporáneos del presidente de la República Federal de Centroamérica: Molina, Cabañas, Rivera, los hermanos Barrundia, Gálvez, Gerardo Barrios, Vijil, Herrera, Márquez, Saravia, Salazar, entre tantos otros.
Fueron los llamados “coquimbos”. Varios de ellos perecieron en defensa de la causa unionista durante y después del fusilamiento del prócer.
La Casa de Morazán, acertadamente dirigida por Carlos Turcios y la Universidad Pedagógica Nacional, respectivamente, divulgan la trayectoria morazanista y su pensamiento a niños, jóvenes y adultos mediante exposiciones, conferencias y cátedras dirigidas a los graduandos de la segunda institución. Recientemente firmaron un convenio de cooperación que permitirá actuar coordinadamente.
Los hondureños afiliados al Instituto Morazánico, hoy eficientemente presidido por el estudioso Miguel Cálix Suazo, tienen por misión divulgar el ideario y actuaciones del mártir. Esta labor patriótica es secundada anualmente por el Club Rotario con la Semana Morazánica, coordinada por el académico Juan Ramón Martínez. En diversas ciudades del país se imparten charlas y conversatorios relativos al estadista y guerrero.
También aquellos (as) que han investigado y escrito acerca de Morazán, su vida y sus tiempos, deben ser calificados como morazanistas. Ramón Rosa con su biografía inconclusa fue el primer intelectual en reconstruir su vida, logros y luchas. Luego continuaron esta labor Ismael Mejía Deras, Eduardo Martínez López, Rafael Heliodoro Valle, Arturo Mejía Nieto, Arturo Humberto Montes, Luis Chávez Orozco, José Ángel Zúñiga Huete, Medardo Mejía, Jorge Fidel Durón, Ramón Amaya Amador, Rafael Leiva Vivas, Néstor Enrique Alvarado, Filánder Díaz Chávez, Ramón Oquelí, Adalberto Santana, Miguel R. Ortega, Longino Becerra, Elvia Castañeda de Machado, Alfredo León Gómez, Julio Escoto y César Indiano en prosa.
Clementina Suárez, Jacobo Cárcamo, Rafael Paz Paredes, Antonio José Rivas, David Moya Posas, Roberto Sosa y Livio Ramírez en verso. Álvaro Canales y Dante Lazzaroni en lienzo.
Hispano Durón y Dagoberto Martínez en cine. Próximamente veremos el documental de René Pauck.
Ahondar en la trayectoria cívica de Morazán es un tema inagotable que debe fortalecerse a medida que se ahonde en la investigación archivística. El más reciente aporte se debe a la historiadora francesa Catherine Lacaze, especialista en América Latina, que en su tesis doctoral estudia “la transformación del personaje histórico en héroe, desde 1842 hasta 1942”, cuando se conmemoró el primer centenario de su ejecución, “y los nuevos usos políticos que se han hecho de esta figura hasta el bicentenario de su nacimiento en 1992”. El objetivo, nos dice, “es determinar hasta qué punto el culto de Morazán se ha popularizado a lo largo del siglo XX, con énfasis en una perspectiva comparativa a nivel centroamericano”. Está siendo traducida al castellano por José Antonio Funes. La vigencia y actualidad de Morazán, sus gestas e ideario son permanentes, a despecho de los ataques abiertos o disimulados a cargo de sus detractores.