Javier Milei, quien en diciembre del año recién pasado celebró su primer año de gobierno en la Casa Rosada, se vio obligado a dedicar parte de su tiempo de orador libertario a defenderse, no tanto de sus adversarios de la oposición, lo hizo, en parte, respondiendo a las sombras dejadas por sus propios errores.
Para muchos, su discurso no era nada nuevo en la lógica de otros gobiernos de la región que, habitualmente, sus alocuciones van dirigidas a las condiciones en que encontraron el país, casi como un mecanismo de defensa y excusa por adelantado por las promesas que no serán cumplidas.
Milei se jacta de haber reducido la inflación, pero lo ha hecho consumiendo los recursos de la venta de los bienes estatales. En su administración se han cerrado 13 ministerios, despedido a 40 mil empleados públicos y reducido en un 74% los recursos de pensiones, educación, salud, ciencia, cultura y desarrollo social, además, está endeudando al país de forma alarmante.
En estas condiciones, la pobreza aumenta, la misma ha subido hasta en un 52.9% en el primer semestre de 2024, lo que representa un aumento de 11 puntos con respecto al segundo semestre de 2023. Eso explica las recientes protestas de los jubilados, acompañados de estudiantes y hasta de futbolistas, los que fueron reprimidos brutalmente por las fuerzas del orden de Milei.
Para Milei, la defensa de los derechos humanos, la protección de los territorios de la población indígena y la defensa del clima no es un negocio, es un obstáculo, por lo cual ha retirado a la Argentina de todos los eventos donde se habla de cambio climático.
Eso explica el apoyo y admiración de su gestión por algunos líderes, incluyendo a Donald Trump, quien ha hecho público el reconocimiento de la gestión del flamante presidente de los argentinos.
Milei luce desesperado. Recientemente promovió la criptomoneda $Libra en la red social X. Su apoyo a la divisa digital hizo que muchas personas invirtieran en la moneda, que terminó desplomándose después de que sus desarrolladores retiraran más de US$90 millones apenas una hora después de haberla creado. Los entendidos en la materia consideran que eso se ha convertido en una estafa, lo cual pudiera generarle demandas nacionales e internacionales.
Milei, al igual que otras expresiones en el liderazgo político en el mundo, cuyas características más visibles se expresan en un cierto odio hacia las minorías de naturaleza cultural, religiosa y racial, rechazo a toda forma de pensamiento racional y el desprecio al papel del Estado en su función de ordenar la acción colectiva; no reflejan una solución a los problemas que vive la humanidad, representan la evidencia mayor de una crisis profunda que por ahora se muestra sin solución.
Casi todas las encuestas sobre la popularidad del ultracapitalista Javier Milei dan cuenta de una baja en los niveles de aceptación por parte de la población.
La motosierra de Milei, símbolo de su campaña para denotar su lucha contra la casta, se está dando vuelta y ahora está dirigida contra el noble pueblo argentino que cada día empeora su situación
