Pone de titular uno de los muchos medios que irresponsables irrumpen en internet: “Sube el precio del diésel y bajan los otros cuatro combustibles”. Lo clave no era que se abarataran las gasolinas, el queroseno y el LPG (Liquefied Petroleum Gas), sino el encarecimiento de un carburante, como para restregar aquello de que “solo las malas noticias son buenas noticias”.
Esa es la esencia informativa de nuestra maltratada Honduras y -desde luego- de algunos países en que los grandes protagonistas, los que más espacio consiguen, son los que insultan, mienten, descalifican, destruyen. Los medios de comunicación asumen sin sonrojarse la negatividad del mundo y el papel de perro guardián de la supuesta democracia.
Todo este moverse en el lado oscuro, en el conflicto y en la procacidad, ha vuelto deprimentes y predecibles a los medios tradicionales y como afectan los valores fundamentales y las emociones del público, muchos han decidido apagar la tele, la radio, dejar el periódico “por salud mental”.
Por esto y más, un grupo de periodistas internacionales comenzaron a movilizarse en la promoción del periodismo constructivo -que no es relaciones públicas ni endulzar la realidad- sino que frente a un problema determinado también se presenta la solución, ofreciendo más contexto; es explicativo, comprometido, cívico.
Por ejemplo, si se quema un hospital -que nadie quiere que ocurra- el contexto total de la información incluye construir uno nuevo, quizás más moderno y equipado, pero la habitual visión sesgada y la negatividad de los medios solo destacará conflictos y sospechas, alejando a quienes podrían contribuir a solucionar el problema.
La negatividad no es buena para nadie, se traduce en ignorancia, temor, desasosiego; afecta a los mismos medios, a empresarios, políticos, la economía, el desarrollo y a la sociedad entera; esto no hay ni que explicarlo, se nota a diario en nuestro desconsolado país, en la inocultable pobreza material y emocional.
Más ejemplos: ¿el periodismo tradicional analiza y plantea la forma y doctrina política en Honduras? Claro que no, solo importa la mentada de madre de unos, las menciones de narcos de otros y las acusaciones sin pruebas, y el espectáculo se mueve entre Nasralla, Cálix, Zambrano, liberales, libres y nacionalistas, poniendo impúdicos los trapos al sol.
El periodismo constructivo podría encontrar a otros políticos mejor capacitados y sensatos, que le devolvieran a la política su preponderancia y respeto, como representantes de nuestros intereses ciudadanos y cívicos, que nos generaran esperanzas más que circo y frustración.
Frente a la asfixia de la desinformación en redes y la falsa prensa, es imprescindible redefinir el papel del periodista. La teoría del periodismo constructivo, orientado al desarrollo y a la cohesión y estabilidad social, puede salvar los muebles de la prensa tradicional.
