La Copa del Mundo es un evento mágico y único que tiene lugar cada cuatro años. Esta vez la bola ha rodado en Catar y en una época del año atípica por las condiciones climáticas del verano que imperan en el país anfitrión.
A pesar de que estamos a miles de kilómetros de Asia, el Mundial ha provocado un clima de alegría y expectativa en los hondureños. La mayoría, estamos atentos a los pasos de los jugadores, cada regate, cada gol, cada revisión del VAR, y sin dejar al lado la grata experiencia de compartir con familiares y amigos.
Este es el deporte que brinda la oportunidad a diferentes personas de compartir momentos de relajación, alegría y unión. ¡La Copa del Mundo es así! Un evento único; es un evento de inspiración y que a veces permite olvidarse de los problemas reales de la nación.
Por este mes, la mayoría de los hondureños nos hemos olvidamos de que tiene que venir la CICIH, que tenemos una migración, delincuencia y extorsión desbordada; que alcanzamos casi el 10% de inflación acumulada y que seguimos con medidas populistas que al final nos van a llevar a tener los mismos resultados.
Durante este mes nos hemos olvidado de que tenemos un sistema de salud y educación colapsados. Nos hemos olvidado de lo que criticamos del Partido Nacional que ayer era malo pero hoy es bueno. Nos olvidamos de que se viene la elección de la Corte Suprema de Justicia y del fiscal general del Estado; que tenemos que fortalecer las instituciones del Estado y que tenemos que propiciar las reformas de las leyes y derogaciones precisas para que la justicia pueda respirar en el país cinco estrellas.
Nos olvidamos de que nuestra sociedad está degradada; de que la corrupción ha sido sistémica y que para desmontarla tenemos que pasar del discurso a la acción. Ante todos estos problemas que nos ha hecho olvidar el Mundial, como decía el futbolista Diego Forlán del Uruguay, el fútbol es un deporte que acaba siendo el psicólogo más barato que puede pagar una sociedad.
El Mundial cada vez está más cerca de terminar, y con él se acabarán las discusiones sobre los planteamientos tácticos, el VAR y los goles. Estamos cerca de volver a la realidad del día a día de nuestro país cinco estrellas. ¡Que no termine el mundial!