Columnistas

Ramón Oquelí: a dos décadas de su deceso

Fue el 2004 que expiró este caballero humanista, nacido en 1934, que brindó su talento y energías a la investigación, interpretación y promoción de nuestro pretérito y presente, tanto en libros, folletos, artículos periodísticos, además de su ejercicio docente, en una permanente anatomía de la “víscera entrañable”.

Múltiples temáticas atrajeron su ilimitada curiosidad intelectual, entre otras estas: la creciente pérdida de nacionalidad y soberanía de su patria, para lo cual retomó la publicación del Boletín de la Defensa Nacional, de Froylán Turcios; el estudio de los próceres: Valle, Morazán, Herrera; las sucesivas generaciones y sus más representativos representantes; la Reforma Liberal enfocada en la vida y obra de Ramón Rosa; la protesta social, rescatando la figura de Juan Pablo Wainwright; la intelectualidad hispana, centrada en Ortega, Unamuno, Aranguren, Xubiri, Marías.

Fue en España en donde realizó estudios universitarios, forjando sólidas amistades tanto con compatriotas como con españoles, absorbiendo críticamente lo aprendido para compartirlo una vez que retorno a la Honduras de “fusil y caza”. Cuando muchos se llamaban a silencio cómplice, el, públicamente, denunciaba las arbitrariedades perpetradas por regímenes castrenses.

Pese al deterioro de su vista, progresivamente declinando, continuaba infatigable en la búsqueda del dato elusivo, de acontecimientos cotidianos enlazados con acontecimientos trascendentes que los complementaban. Compartía sus hallazgos documentales y bibliográficos con todo aquel que requería de su proverbial generosidad, alentado a la juventud a no desfallecer en el arduo proceso investigativo.

Sin duda, dejó huella imborrable y discípulos, entre ellos Rolando Sierra, autor del hermoso estudio Ramón Oquelí: una lucha tenaz contra el olvido; Ernesto Paz, recopilador de testimonios diversos escritos con ocasión de su fallecimiento. Muchos frecuentemente lo consultábamos para poder despejar dudas y lagunas, que el solícito y oportuno las despejaba prontamente.

Su lucidez mental y poderoso intelecto lograba descifrar acontecimientos ya extraviados de la memoria colectiva, con el propósito de reincorporarlos a la historia política nuestra, para lo cual examinaba publicaciones periódicas de difícil acceso, además de sostener correspondencia tanto con colegas como con familiares de personajes hoy relegados al olvido.

Frecuentemente con su esposa Rina Turcios se desplazaba a Guatemala y México para adquirir libros. Generosamente, su rica biblioteca fue donada a la de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFN), en donde este viernes 16 sus hijas están invitando a un actohomenaje en el Paraninfo de la UPNFM que lleva su nombre, a las 2:00 PM.