Se confirmó en nombramiento del Dr. Salvador Moncada como embajador de Honduras ante el gobierno y pueblo de la República Popular de China. Un nombramiento que ha recibido el apoyo de la totalidad de los hondureños, no hay nadie que cuestione el nombramiento del académico y científico hondureño.
Ese nombramiento demuestra que cuando hay voluntad de gobernar en sujeción a los intereses del país, se puede hacer. Nuestros gobernantes han sido poco cuidadosos a la hora de seleccionar el personal diplomático.
Por lo general, lo que ocurre en la administración pública en el nombramiento de los servidores del Estado, se reproduce en el nombramiento del personal que tiene a cargo la representación de la nación en el exterior.
El clientelismo político -traducido en el nombramiento de personal al que por su condición de activista se le nombra en el servicio exterior, al amigo que se le gratifica con un puesto en una embajada, al familiar que se le nombra para que aproveche concluir sus estudios en universidades extranjeras- es una constante y domina la planilla de nuestra representación en las embajadas.
Hemos tenido diplomáticos de carrera; con formación profesional en el campo, que han representado al país con mucha solvencia y dignidad. En este gobierno, muchos de los embajadores con una tradición de servicio impecable fueron cesanteados para nombrar en su lugar a personal improvisado, algunos de los cuales ya hicieron más de algún escándalo en el exterior. Son pocos los casos en los que se ha contado con embajadores de lujo, que le han dado gloria al país, así como han distinguido a la nación donde ejercieron su representación.
Froylán Turcios, uno de los intelectuales más sólidos de principios del siglo pasado, fue delegado ante la Sociedad de Naciones, antecedente inmediato de las Naciones Unidas, además, fue cónsul general en París, en representación de Honduras. Rafael Heliodoro Valle, historiador y literato de sólida formación, fue embajador de Honduras en Washington (1949-1955).
El expresidente José Ramón Villeda Morales fue representante de Honduras ante la ONU. La muerte lo sorprendió cuando cumplía esta misión (1971).Con el nombramiento de Salvador Moncada en la misión diplomática hondureña en China se le hace justicia a uno de los hijos más preclaros que ha tenido el país en los últimos años, pero también prestigia el nombre de Honduras y honra a la nación que lo recibe.
Sus méritos son múltiples; es miembro de la Sociedad Británica de Farmacología, de la Sociedad Colombiana de Medicina Interna, de la Sociedad Farmacológica Peruana y académico de Honor de la Real de Medicina de Valencia; es también doctor honoris causa por las Universidades de Honduras, Cantabria y Complutense de Madrid.
Que haya sido nombrado el Dr. Moncada en la embajada del país asiático es una noticia positiva, misma que se ha celebrado hasta por la propia ciudadana presidenta de la nación, Xiomara Castro, al darle abundante publicidad. Otras designaciones se han mantenido casi en el anonimato por la vergüenza que causa su elección y nombramiento.