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Solo una canción

Cuando uno es adolescente la vida es muy difícil, aunque desde la adultez los problemas que en ella se presentan parezcan banales y fáciles de remediar. Me atrevo a pensar, además, que la pobreza, o mejor dicho la miseria, así como lo hace con siempre, endurece esta etapa del desarrollo humano. Como todo, debe ser entendido y analizado en su contexto, debemos comprender que la falta de experiencia hace que los adolescentes sean como son, en otras palabras, por su edad, no se les puede pedir más.

Además del adultocentrismo del mundo, en el que parece que sólo valen las cosas productivas (en términos económicos), los adolescentes tienen que soportar comentarios llenos de soberbia espumosa de parte de los mayores, que les dicen que “antes todo era mejor”, cuando lo que muy probablemente existe es un sesgo de nostalgia. Creo que los adultos deberíamos pensar más de una vez lo que le diremos a un adolescente, porque se supone que somos una contraparte experta, más madura y mucho más racional. Ellos, en la mayoría de los casos, son más emotivos y pasionales.

He logrado identificar que a los adultos les gusta “cuestionar” la música, las películas, los ídolos, las formas de vestir, entre otros valores que tienen los más jóvenes. Algunos tratan de descalificárselos a través de argumentos falaces, creyendo, por su parte, que sólo los productos que ellos consumían eran buenos.

Al primer elemento al que quisiera hacer alusión es a que, si lo vemos en perspectiva y lo analizamos seriamente, muchas veces los jóvenes lo único que tienen en la vida, lo único que sienten verdaderamente propio es una banda, una película, una serie, un libro, un personaje, la imagen de un cantante, un ídolo o incluso, nada más una canción, y tal vez la victoria de su equipo o la mirada coqueta de alguien que le interesa, no más. Así que el acto violento de descalificarles y menospreciar lo que consumen puede ser una verdadera grosería.

Y sí, es posible que no tengan los mejores gustos (aquí desarrollo mi segunda idea) y que además de los valores estéticos también se les pueda cuestionar los éticos, sin embargo, los adolescentes en su poca experiencia apenas están refinando sus gustos, con ellos menos que con nadie se puede pensar en decisiones definitivas. Por no decir que la idea de belleza musical, por ejemplo, que tanto se defiende es apenas sólo una de las tantas que se ha tenido en la historia de la humanidad.

Esta generación que viene creciendo y que muchos han caricaturizado llamándola “generación de cristal”, debo decir que es probablemente la más sensible de todas, pero usando esta palabra en su sentido positivo, son los que probablemente más conecten con los seres vivos no humanos o los que más se preocupen por su salud. Y quizá no estén dispuestos a soportar lo que nosotros consideramos normal, como algunas formas de violencia, porque simplemente quizá nunca lo debimos soportar nosotros tampoco. Ellos son más libres.

No hay que perder de vista que apenas estamos viendo la forma adolescente de esta generación, hay que esperar para que desarrollen todo su potencial, porque siempre ha sido la fuerza joven la que ha terminado por cambiar las reglas del juego en la economía, las convenciones sociales, el arte, el deporte, la ciencia, etcétera. Y creo que en el mundo se vienen cambios grandes, puede que con las nuevas tecnologías y modelos de negocio, el mundo esté en sus manos.