Luego de superar para la gloria de Dios las clases de la carrera de Derecho me atrevo a hacer sugerencias al Poder Ejecutivo. El norte de Honduras debe ser desarrollarse como un país rico que en realidad es. Debemos apuntar hacia la educación, la salud y el turismo como motores de desarrollo. Desgraciadamente no han sido sus mejores hijos los que han gobernado y la verdad este país ya colapsó. Pienso que si los japoneses se levantaron luego de las bombas nucleares de sus cenizas para convertirse en un país sumamente desarrollado, nosotros podemos hacerlo también. Tenemos que ponernos al día sobre todo en educación, no puede ser que estemos involucionando de manera que ahora las personas no saben leer y escribir, pero sí saben usar un celular.
Definitivamente no es con la ideología marxista que lograremos nuestro objetivo. En el sistema capitalista se promueve la libre competencia para el desarrollo de la población estatal. La competencia entre las empresas es buena porque obliga a los negocios o empresas a ofrecer el mejor producto al más bajo precio. La finalidad del sistema comunista es suprimir el Estado. Dice el maestro Francisco Porrúa Pérez que “el Estado soviético fue reducido en virtud de la ideología marxista modificada que lo animó a un simple organismo creado para satisfacer las necesidades de la producción”. Continúo citando al maestro Porrúa en su libro “Teoría del Estado”, que según los teóricos del marxismo, Engels por ejemplo, el Estado ha surgido por la necesidad que tiene de él la clase explotadora para mantener oprimidos a los explotados por medio del poder.
En mi opinión pienso que si bien el actual sistema capitalista neoliberal que usamos es el que mejor resultado da en la práctica. Sin embargo, no debemos tampoco dejar hacer, dejar pasar sin cierto control estatal. La razón es que el comerciante busca su ganancia a cualquier costo con raras excepciones. En este sentido debemos obedecer las leyes entendiendo el espíritu del legislador que las implementó. Y sigo apoyándome en el maestro Porrúa que dice “que el Estado no puede permanecer cruzado de brazos como el liberalismo ante el libre juego de las fuerzas sociales. Su papel es restablecer el equilibrio perdido, encauzar las actividades de los individuos que injustamente lesionen los intereses de los demás. El Estado no es un simple policía que vigila, es una autoridad paternal que corrige y orienta”.
En conclusión, el dinero de los contribuyentes no debe malgastarse sino más bien reinvertirse en un 100% en los rubros antes indicados que son trabajo, educación, turismo y salud para que lleguemos a alcanzar estadios superiores de desarrollo. Y termino este escrito con la explicación que da el maestro Porrúa sobre el porqué en estos países latinoamericanos las democracias no son tan funcionales como en los países más desarrollados y dice el maestro, “en cambio, en los países latinos de cultura, historia y temperamento político peculiares, y desgraciadamente de escasa moral política también, el sufragio universal ha llevado ordinariamente al poder no a los más capaces, sino a los más audaces y con mejor organización de propaganda y de fuerza para adueñarse de los puestos públicos”.