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Una buena noticia para Honduras

Los resultados positivos que entregó a Honduras la calificadora de riesgo financiero Moody’s han generado muchas expectativas en el sector gubernamental y empresarial sobre el futuro del país.

La firma internacional otorgó la calificación más alta en la historia crediticia de Honduras, cuyos bonos soberanos estaban en un B3 positivo y en menos de un año pasaron a un B2 positivo, además de subir su puntaje en otros dos indicadores.

La calificadora valoró el perfil fiscal “que ha mejorado significativamente”, además de las “mejoras institucionales” que han permitido “mayor disciplina en el proceso presupuestario, controles sobre los gastos y la mejora de la administración tributaria”.

Ciertamente, la noticia es positiva y refleja que a nivel macroeconómico vamos bien, lo que generará confianza a inversores nacionales y extranjeros. El presidente Hernández dijo que estamos viendo los resultados “de los sacrificios que hemos hecho” y de “poner orden en la casa”. Pero vamos de sacrificio a sacrificio. Para alcanzar esta calificación que ahora celebra con bombos y platillos, el gobierno ha debido poner sobre la mayoría una carga tan pesada que no permite erguir la espalda.

Medidas agresivas de recaudación fiscal, un impuesto sobre ventas que raya en lo grosero y el despido de miles de burócratas son parte del alto precio que los hondureños han tenido que pagar para alcanzar tales indicadores.

Lo peor es la percepción de que el significativo aumento en los ingresos que por diferentes medios ha tenido el erario no se retribuye a la ciudadanía en proporciones similares. Además, seguimos teniendo niveles de violencia “alarmantemente altos”, dijo el viernes el relator de la ONU para ejecuciones extrajudiciales sumarias y arbitrarias, lo que es un óbice para la inversión.

El pueblo hondureño, sobre el que siempre recae el mayor sacrificio, merece que las buenas nuevas se reflejen en sus condiciones de vida, con más empleos y viviendas, mejor salud, educación e infraestructura y mayor seguridad, para que así podamos celebrar todos.