Durante mucho tiempo, Honduras ha tenido recursos suficientes para salir adelante, préstamos de organismos de crédito, condonación de deuda, donaciones de los cooperantes internacionales, sin embargo, la falta de una estricta vigilancia sobre el uso de los fondos y la escasa medición de resultados no han permitido alcanzar los objetivos para los que se destinaron.
El continuo desvanecimiento de estos capitales en manos de los administradores estatales lleva a que los hondureños hoy añoremos la buena ejecución de aquellos proyectos de cooperación como el programa de ayuda económica, política y social de Estados Unidos más conocida como Alianza para el Progreso (1961-1970) y la reciente Cuenta de Desafío del Milenio (2005-2010).
Una nueva oportunidad de desarrollo surge para el país, luego que Estados Unidos aprobara 750 millones de dólares para el Plan Alianza para la Prosperidad en los países del Triángulo Norte (Honduras, El Salvador y Guatemala).
Este dinero, que tiene como fin la ejecución de programas para mejorar la calidad de vida de los hondureños, también lleva implícita la tarea de detener la migración desordenada; fenómeno que en los dos últimos años sorprendió a Estados Unidos, obligándolos a poner sus ojos en esta región.
Por la seguridad de ellos y la nuestra, los norteamericanos tienen interés de que esta área salga adelante, por eso los congresistas al aprobar estos nuevos recursos exigieron un compromiso de los gobiernos beneficiarios, transparencia y resultados visibles. Además, Honduras no puede seguir basando su crecimiento económico en el sacrificio de esa gente que migra a otra nación a ofrecer su esfuerzo y trabajo.
Estoy seguro que si el hondureño encuentra aquí las oportunidades para desarrollarse no se irá dejando desmembrada su familia. Por eso, la ejecución de estos nuevos recursos que llegarán próximamente al país necesita de una rigurosa custodia.
Nosotros esperaríamos que ese mecanismo de la Misión de Apoyo Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (Maccih) funcione para investigar y llevar a cabo las acciones necesarias encaminadas a corregir todo eso que hemos estado haciendo muy mal.
Ya no más dinero sin control y sin resultados que beneficien a las grandes mayorías.
*Empresario
