Opinión

Cumpliendo con el deber

Hace unos días el ciudadano Presidente de la República, anunció su decisión enfática de “hacer lo que tenga que hacer en estos tres años para que la Fuerza Aérea pueda cumplir con la misión de proteger nuestro espacio aéreo” ya que el fortalecimiento de la flota de la FAH tiene como finalidad hacerle frente al crimen organizado y reiteró que no vacilará en ordenar el derribo de aeronaves sospechosas que sobrevuelen sin autorización el espacio aéreo de Honduras. Lo anterior lo hace pensando como el líder que enfrenta la tarea de reordenar constantemente sus prioridades y en base a sus atribuciones constitucionales, entre otras: “Mantener incólume la independencia y el honor de la República, la integridad e inviolabilidad del territorio nacional. Mantener la paz y seguridad interior de la República y repeler todo ataque o agresión exterior. Ejercer el mando en jefe de las Fuerzas Armadas en su carácter de Comandante General, y adoptar las medidas necesarias para la defensa de la República”. Implícito a lo anterior está la tarea de mantenimiento de los equipos y recursos disponibles.

La misión de mantenimiento en tiempos de paz no es otra cosa que maximizar la disponibilidad y la duración de los equipos. Esto incluye tres funciones principales: mantener el equipo en buenas condiciones para la misión; reparar el equipo dañado para restituirlo en condición útil para la misión; revisión, modificación y reconstrucción del equipo gastado u obsoleto para mejorar su capacidad y extender su vida útil al servicio; cumplido lo anterior si la situación lo requiere, viene la imperiosa necesidad de renovar y modernizar los equipos. Lo fundamental en una estrategia sólida es una visión acertada del futuro.

Para favorecer el cumplimiento de su deber y en consideración a los peligros y amenaza actuales, ha sido necesario buscar la cooperación de un país amigo, en este caso Brasil, cuyo embajador expresó que su gobierno apoyará decididamente a Honduras en materia de lucha contra el crimen organizado, expresando, además, que la cooperación irá en dos sentidos: rehabilitar unos 21 aviones a un costo de 2.5 millones de dólares cada uno, modernizarlos y considerar la donación probable de una flota. (EL HERALDO 11 de abril de 2014)

Los hondureños debemos saber que todo Estado dispone de organismos para la función de defensa según determinados fundamentos y objetivos, y la orientan de acuerdo con criterios que tienen por antecedente factores de diversa naturaleza, así como los antecedentes históricos o territoriales. La defensa de Honduras se orienta principalmente a neutralizar riesgos y amenazas externas contra el interés nacional y los objetivos actuales y permanentes, por lo que el Estado tiene que invertir responsablemente los recursos necesarios destinados a ese quehacer prioritario y permanente.

Tradicionalmente, la política de defensa de Honduras, en el plano político-estratégico, es de carácter disuasivo y su orientación fundamental es defensiva y se enmarca en principios que tienen que ver con la supervivencia del Estado: Alcanzar los objetivos nacionales con el mejor aprovechamiento de los recursos disponibles, considerando que Honduras no abriga propósitos agresivos contra ningún país. Disponer de unas Fuerzas de Defensa, para disuadir o desanimar anticipadamente cualquier loca intención de un adversario obcecado que pretenda interferir o atentar contra nuestros intereses vitales. No se puede disuadir sin la existencia de las fuerzas de defensa. Emplear el poder nacional y, en particular, su potencial bélico, si fuera necesario para proteger a la población hondureña y sus bienes, defender los intereses nacionales, salvaguardar su independencia política, la soberanía y la integridad del territorio nacional, tanto continental, insular, marítimo y su espacio aéreo, frente a las amenazas externas de cualquier índole. Contribuir a la defensa y promoción de la paz internacional, de acuerdo con el interés nacional.

Las críticas a lo anunciado no se han hecho esperar de parte de los detractores que permanentemente anarquizan y quitan la paz a los hondureños. Es importante entender que la democracia se edifica sobre la base de la tolerancia, del respeto a la existencia y participación de todas las corrientes de pensamiento. Las críticas no calificadas no conducen al pensamiento estratégico productivo.

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