El organismo de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha hecho público un documento en el cual alerta que las economías de América Latina y el mundo se dirigen a una recesión sin precedentes como resultado de las medidas de confinamiento impuestas por los gobiernos para frenar la propagación del coronavirus (Covid-19), y que ello traerá como consecuencia el incremento del hambre y la pobreza, principalmente en países como Honduras, golpeados además por problemas económicos y climáticos.
El organismo internacional está recomendando a los gobiernos de países como Honduras que declaren la alimentación y la agricultura como actividades estratégicas de interés público nacional, reforzar los programas de apoyo nutricional para madres en edad fértil y niños menores de cinco años, asegurar la alimentación escolar y expandir los programas de protección social. Pero nosotros agregamos que a la par se debe intensificar la lucha contra la corrupción e impunidad, ya que es sabido que en el país tragedias como la actual, en la que está en riesgo la vida de miles de ciudadanos, son más bien caldo de cultivo para las redes de corrupción entronizadas en el sistema público gubernamental desde donde actúan impunemente. Se debe garantizar que todos los presupuestos sean utilizados correctamente y que cada cinco destinado a los programas de atención social y reactivación de la economía llegará a los beneficiarios, es decir, al 60% de la población que ya vive en condiciones de pobreza y pobreza extrema, y a los miles más que tras esta pandemia pasarán a formar parte de ese conglomerado. Ese es un esfuerzo en los que debe involucrarse toda la sociedad; todos haciendo lo que les compete en su ámbito de acción, su clase empresarial, su trabajadores, la sociedad civil, la academia; que se activen todos los organismos contralores del Estado, el Ministerio Público, se desmonte el blindaje de leyes que les impiden actuar con más efectividad, para garantizar la aplicación de la ley a quienes la infrinjan.
