No es una hipótesis, sino un hecho concreto que el recalentamiento está provocado severos cambios en la temperatura, modificando peligrosamente el clima.
Al analizar la fuerza de Harvey e Irma, el científico mexicano Mario Molina, premio Nobel de Química en 1995 por el descubrimiento de las causas del agujero en la capa de ozono, dijo al diario español El País que la intensidad de tales huracanes tiene que ver con la temperatura del mar y esta ha subido como consecuencia del cambio climático.
“Los huracanes Harvey e Irma quizá habrían sucedido también sin cambio climático, pero su virulencia habría sido incomparablemente más baja”, reflexionó.
Los ciclones, los terremotos, las sequías, las inundaciones y los incendios forestales, como consecuencias del cambio en los patrones del clima, ya se manifiestan en las diversas regiones del mundo con impactos devastadores: muerte, enfermedades, hambre y migración, entre otros.
Se presentan como un grito para que las grandes potencias y los países -por muy pequeños que estos sea- trabajen conjuntamente para que la Tierra alcance su equilibrio, de lo contrario las consecuencias proyectadas serán catastróficas.
En esta labor, Honduras, por estar al alcance de cualquier errático huracán, por ubicarse entre la línea de dos placas tectónicas y por estar calificada como una de las naciones más vulnerables del mundo, está llamada a jugar un papel preponderante en la lucha contra la contaminación ambiental y la deforestación, contribuyendo de tal manera a reducir los gases de efecto invernadero en la atmósfera.
El asumir una actitud negacionista, indiferente o solamente protocolaria ante el recalentamiento global y el cambio climático sería una irresponsabilidad no solo de los que gobiernan, sino también de toda una sociedad.