Donald Trump, el indiscutible ganador de las elecciones estadounidenses, volverá a la Casa Blanca en enero de 2025, con mucho más apoyo que el que tuvo durante su primera gestión como presidente del país más poderoso del mundo. El candidato republicano no solo sumó los votos que necesitaba en el Consejo Electoral para ser nominado presidente, también arrasó con el voto popular y su partido tendrá la mayoría en el Senado y la Cámara de Representantes.
Su discurso agresivo, principalmente contra la población migrante indocumentada, y los líos judiciales en los que se vio envuelto tras la salida de la presidencia en enero de 2021, a la luz de los resultados, no impactaron entre el electorado, que le eligió para que vuelva a gobernar su país.
Los analistas del proceso consideran que los mensajes sobre recuperar la economía doméstica son los que han inclinado el voto a su favor, sin obviar sus posiciones radicales sobre la migración ilegal centrada en evitar a toda costa el ingreso a su territorio por la frontera sur, donde miles de personas se agolpan hoy en día con la esperanza de cruzar al territorio en el que esperan alcanzar el “sueño americano”.
En su primer discurso, tras el triunfo, Trump ha reiterado que “vamos a tener que sellar esas fronteras. Queremos que la gente vuelva a entrar, pero tienen que hacerlo legalmente”.
Mientras Trump y los suyos celebran, el mundo mira y espera expectante el rumbo de la política exterior en temas de alta relevancia como las guerras en Ucrania y el Medio Oriente.
Los hondureños, por igual, analizan y proyectan lo que pueda pasar en esta región frente a las políticas en el campo migratorio y económico, los de mayor interés, por ser esa nación nuestro principal socio comercial y el hogar de al menos dos millones de compatriotas que con sus remesas sostienen la economía local.
